El tono de llamada de mi móvil me despierta de mis mas
profundos sueños. Me cuesta desperezarme pero, cuando quiero darme cuenta,
tengo que salir corriendo para coger el móvil antes de que se corte la llamada.
-¿Diga?- pregunto al teléfono, sin saber quien me llama.
Cuando me dice el desconocido su nombre una gran
alegría me invade, odio que me despierten temprano pero esta vez merece la pena.
-Ahhhh eres tú. Cuéntame todas las novedades- añado en
un susurro, esperando que me traiga buenas noticias.
A mi lado veo que mi prima Astrid se empieza a remover
y abre los ojos para mirar que significa este silencioso alboroto.
-¿Qué pasa?- me pregunta adormilada.
-Espera un segundo- susurro al ya no tan desconocido-. No
es nada Astrid, duerme que es muy temprano- respondo en otro susurro,
dirigiéndome ahora a mi prima, mientras me dirijo fuera de la habitación para
que no se entere de la conversación.
Tras cerrar la puerta, me dirijo escaleras abajo para
no despertar tampoco a mis padres, ya que es muy temprano y todavía esta
amaneciendo. Me acurruco en el sofá con la luz apagada y sigo con mi
conversación.
-Entonces todo esta saliendo a pedir de boca, ¿no?-
pregunto, esperando la confirmación para continuar contándole los que serán nuestros
planes secretos-. Ajá, entonces ya estas haciendo la maleta para poder coger el
avión a las 12 del medio día- hago una pausa para seguir escuchando y así saber
que es lo que tenemos que hacer y si nos podemos ayudar en algo.
No puedo parar de sonreír y mi felicidad aumenta, no
pensaba que las cosas fuesen a salir tan bien pero ahora ya puedo casi asegurar
que habrá un final feliz en esta preciosa historia.
-Pues según me cuentas creo que entonces deberíamos quedar
en el mirador a las 6 de la tarde- le explico mientras hago mentalmente cálculos
para que todo salga bien-, así te daría tiempo a pasarte por el hotel a dejar
la maleta y ya de camino compras un ramo de flores.
Seguimos hablando un rato mas mientras ultimamos los detalles
finales, pero entonces oigo que una puerta se abre en el piso superior y decido
acabar con la conversación antes de que se nos chafe la sorpresa.
-Te tengo que dejar- suelto de repente mientras los
pasos se van acercando a las escaleras-. Luego hablamos y si surge cualquier
problema me llamas.
Cuelgo el móvil a la vez que me doy rápidamente la
vuelta, para así poder cerciorarme de que nadie me ha oído y suspiro al ver que
mi prima todavía sigue bajando la escalera como un zombi, sin ninguna muestra
de que me haya escuchado hablar por teléfono.
-¿Que haces despierta tan temprano?- la pregunto antes
de que se desperece y me pregunte cualquier cosa a la que no sepa responder.
-Tenia sed- me dice frotándose los ojos, pero de
repente se me queda mirando y llega la pregunta que tanto temía-. ¿Y tu que
haces aquí a estas hora?
Me quedo en blanco, no sé que decir, tampoco se me
ocurre una buena respuesta que no delate mis planes. Ella sigue mirándome,
esperando que diga algo y antes de que empiece a sospechar opto por la respuesta
mas sencilla y puede que la menos creíble.
-No podía dormir…- digo un poco aturdida, a la vez que
dudo de si se creerá mi respuesta.
-¿Ahora?- me pregunta un poco sorprendida-. ¿Pero no te
he visto antes hablando por teléfono?
-Nooo- exclamo de golpe un poco brusca y casi
gritando-. Esto…- añado bajando el volumen y relajándome un poco- debes de
haberlo soñado.
Astrid se queda callada, un poco sorprendida con mi reacción
y puede que esperando otra respuesta, pero finalmente termina por optar
quitarle hierro al asunto y olvidarse de lo ocurrido.
-Supongo…- dice dirigiéndose a la cocina mientras yo la
sigo-. Todavía es muy pronto para despertarse, creo que me voy a ir de nuevo a la
cama- añade dirigiéndose a mi, aunque yo sigo con mis pensamientos en otra
parte, preocupada por si sospecha algo.
-Creo que yo también- termino respondiendo después de
un rato-. Creo que hoy será un día muy largo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario