miércoles, 29 de febrero de 2012

Capítulo 17


-¡Mike! ¿Dónde demonios te has metido?- oímos gritar a la señorita Claudia desde la otra habitación.

El grito consigue despertarnos finalmente de todo nuestro ensimismamiento mientras nos separamos de golpe a causa del susto que nos pegamos. Todo esto provoca  que nos choquemos con varias pilas de cajas cercanas a nosotros y se caigan algunas de ellas al suelo provocando un gran estruendo.

El ruido provoca que la señorita Claudia venga corriendo hacia el almacén bastante enfadada. Con la consecuencia de que al ver todo tan alborotado le da un guantazo bastante fuerte a Mike en la cara.

-¿Se puede saber que haces?- le grita Mike muy alterado a su madre, acariciándose ahora la mejilla con su suave mano.

-Dímelo tú a mi. No estabas controlando la tienda y encima me encuentro todo esto tan desordenado- le responde ella también gritando-. No te mereces mi confianza. Fuera de mi vista… y tú también- añade dirigiéndose ahora a mi, al parecer reparando por primera vez en que yo también me encuentro en la misma habitación que ella.

Después de todas estas palabras que tanto miedo me provocan, me dirijo rápidamente a salir de la tienda pero entonces caigo en la cuenta de que Mike ha desaparecido incluso antes de que me diese la vuelta para salir del almacén. Me preocupa todo lo que ha pasado y la forma en que ha tratado la señorita Claudia a su hijo, él no se merece todo esto porque es un buen chico. La culpa de todo lo que ha pasado ha sido solamente mía, como todo lo que le esta pasando últimamente a las personas cercanas a mi, salen heridos por mi comportamiento.

Se me pasa por la cabeza hablar con la dueña para aclarar todo lo ocurrido y que no trate más así a su hijo, pero me doy cuenta de que no es buena idea en este momento. El lunes ya lo solucionaré todo, tanto lo ocurrido en la tienda como mi relación acabada con Diego.

Lo primero de todo es encontrar a Mike y pedirle perdón por lo que acaba de ocurrir, se ha llevado las culpas de su madre por todo lo que yo he hecho y no es justo. No puedo permitir que las cosas acaben así entre nosotros y necesito disculparme con él antes de que desaparezca de mi vida durante todo el fin de semana y no vuelva a saber nada de él hasta el lunes, no puedo estar mal con él después de lo bien que se porta conmigo pero quizá las cosas no deban estar bien entre nosotros, puede que si las cosas no están bien entre nosotros sea lo mejor para todo el mundo por mucho que pueda dolerme.

Por la tienda no le encuentro por ninguna parte pero cuando me adentro en la calle le veo a lo lejos dirigiéndose rápidamente al final de la esquina antes de desaparecer al segundo siguiente. Salgo corriendo siguiendo el camino hacia el que se ha dirigido a la vez que también grito su nombre, con la esperanza de que pueda oírme, pero cuando me adentro en la calle por la que ha desaparecido me le encuentro parado mientras me espera y al verme sale corriendo hacia mi para darme un fuerte abrazo.

-¡Sandra! Cuanto necesitaba abrazarte- exclama Mike a punto de echarse a llorar-. Esta situación es horrible, no sabría que hacer ahora mismo si no te tuviese a mi lado.

-Si yo no estuviese a tu lado las cosas te irían mejor- añado con la voz quebrada, provocando que se separe de inmediato de mí y me agarre fuerte de los brazos mirándome fijamente a los ojos-. No te extrañes Mike, todo es mi culpa. Desde que he aparecido en tu vida, o mejor dicho tú en la mía, todo ha ido a peor y siempre estamos metidos en problemas de los que no sabemos salir- añado finalmente llorando.

-Eso no es cierto Sandra, no lo digas ni en broma- me dice ahora también llorando él y abrazándome muy fuerte-. Por favor Sandra, no vuelvas a decir eso nunca.

-Sabes que es cierto y lo siento mucho- le respondo al borde de los nervios-. El lunes lo solucionare todo con tu madre y las cosas volverán a estar bien, pero entre nosotros no puede pasar nunca nada más.

-¿¿Qué?? Estas de broma, ¿no?

-No Mike, lo digo muy en serio. No quiero traerte más problemas con tu madre y tampoco quiero estar viéndote llorando a todas horas por mi culpa. Y eso es lo que esta pasando todo el rato desde que nos conocemos- le aclaro sin poder dejar de llorar porque desearía estar a su lado para siempre pero últimamente las cosas están tan difíciles en mi vida que ser feliz esta fuera de mi alcance, pero no por eso quiero que él tampoco sea feliz. Él es lo que mas me importa ahora mismo en el mundo y por eso prefiero dejarle ir y no hacerle daño nunca más, no soportaría volver a verle derramar ni una sola lagrima más por mi.

-Si lloro es por no tenerte a mi lado pero en cuanto acabes con tu novio todo estará bien, no lo compliques Sandra. Déjalo fluir, solo así podremos ser felices- añade un poco más calmado y mirándome fijamente a los ojos, intentándome hacer comprender las cosas.

-A lo mejor tienes razón pero no quiero arriesgarme a volver a sufrir de nuevo, voy a dejar a Diego pero mi vida es demasiado complicada y necesito un tiempo a solas- exclamo y me doy rápidamente la vuelta para irme.

-¡Sandra! Quédate a mi lado por favor, no te vallas- añade agarrándome fuerte de un brazo y atrayéndome de nuevo hacia él.

No sé que mas hacer ni que decir para que me deje ir, será mejor si no estamos juntos porque han sido tan complicados estos últimos cinco días que no se como serán los nuevos que vayan a venir, tengo miedo. Debo seguir mi vida y centrarme en mi futuro si quiero llegar lejos, he perdido mucho el tiempo y Mike es un inconveniente en todo, pero le quiero demasiado y eso me hace débil, a la vez que ocurre lo mismo en el y le traigo muchos problemas. Todo esto debe acabar ya mismo, por mucho que me duela y me arrepienta de lo que ahora mismo voy a decir.

-¿Qué pasa Mike? ¿No entiendes ni una sola palabra? Tenias razón, solo estaba jugando contigo, no significas nada para mi, pero como siempre te tienes que salir con la tuya no querías entenderlo- le grito bastante histérica, mientras veo como le van resbalando las lagrimas por las mejillas. Ante estas ultimas imágenes estoy a punto de dar marcha atrás y pedirle disculpas a la vez que también le digo que esto no es verdad, pero debo ser fuerte y continuar con lo que he empezado, por el bien de los dos-. Estas muy bueno, no lo niego pero es solo eso, nada más. Déjame ir de una puta vez y búscate una vida, pero déjame a mi fuera- añado, notando como me empiezan a arder los ojos ante las lagrimas que están deseando caer y me doy la vuelta rápidamente mientras corro de vuelta por el camino que me ha traído hacia él, con las ardientes lagrimas derramándose por fin.

-¡Sandra! Todo esto no puede ser cierto, dime que no es cierto por favor- le oigo gritar a lo lejos histérico, pero no me permito el lujo de darme la vuelta para mirarle, porque sé que si lo hago volvería a caer rendida en sus brazos y sufriríamos continuamente.

Entro en el metro todavía llorando, odiándome por todo lo que le acabo de decir a Mike pero ya es muy tarde para arrepentirme porque lo hecho hecho está y ya no hay un arrepentimiento valido para todas las palabras hirientes que acabo de decir, palabras que no siento pero aun así palabras que han hecho demasiado daño a la persona de la que me he terminado enamorando sin ni siquiera desearlo.

Han sido unos últimos días muy duros, demasiado para ser exactos, han pasado tantas cosas en mi vida que ahora mismo no sé que hacer con todo lo que ha ocurrido. He hecho mucho daño a la gente que quiero pero a la vez todo esto me ha hecho daño a mi también porque no se como solucionar las cosas para que todo esté bien. Diego ha sido muy importante en mi pasado pero las cosas han cambiado y hemos terminado haciéndonos daño, por eso mismo ya que no quiero que sigamos juntos en el presente, solo podremos estar bien entre nosotros si nos alejamos y seguimos con nuestros caminos aunque no se si él lo querrá aceptar, por lo menos debo intentarlo por todo lo buenos momentos que vivimos. Mike… Mike es caso aparte, ha aparecido en mi vida revolucionándola y haciendo aparecer en mi sentimientos enterrados en mi interior, tan enterrados que nunca antes los había descubierto y que a la vez también tengo miedo de como puedan cambiarme porque esos sentimientos me hacen desear más y más, me hacen cometer locuras que nunca antes me había atrevido a hacer y soy feliz pero también sufro mucho por ellos porque estas locuras me han hecho hacer daño también a Diego y engañarle aun estando todavía con él. Y el haber aparecido Mike en mi vida también le ha hecho empeorar su relación con su madre y eso no quiero que ocurra, no por mi culpa, al igual que tampoco quiero volver a verle llorar ni una sola vez mas por mi. No voy a permitir verle sufrir más y por eso he decidido hacerle daño de la peor forma que se me ha ocurrido para que así no pueda hacerle daño de ninguna forma más y que tampoco vuelva a mi de nuevo porque, con todo lo que le he dicho, que creo que pueda volver a perdonarme nunca. Me duele mucho todo esto pero las cosas deben ser así, para que todo este bien primero hay que sufrir y después de ello llegara la calma y todo estará bien.

Podría decir que esta ha sido la peor semana que he tenido en mucho tiempo,  pero a decir la verdad esto no es cierto del todo porque sí ha habido algo bueno, la relación con mi hermana ha mejorado mucho después de tanto tiempo enfriada, la echaba mucho de menos pero ahora por fin volvemos a estar juntas y no quiero que nada ni nadie nos vuelva a separar.

Cuando me encuentro ante la puerta de mi casa me doy cuenta de que por la mañana se me ha olvidado coger las llaves y ahora debo llamar al timbre para que alguien venga a abrirme. Mi deseo era entrar sin hacer ruido y subir corriendo al baño para lavarme la cara y quitarme el maquillaje mal esparcido por mi rostro, y después de eso pensaba meterme en mi dormitorio sin comer siquiera y así poder descansar durante toda la tarde a solas. Pero ahora se me había fastidiado todo por mi mala cabeza y todos se enterarían de que había algo mal en mi vida y empezarían las preguntas, siendo eso lo que menos deseaba justamente ahora. No quería dar ninguna explicación a nadie, necesitaba estar a solas y pensar tanto en las cosas malas que había hecho hace tan solo unos minutos como durante toda la semana y en lo que estaba por venir a partir de ahora, debía tomar una decisión respecto a todo para que las cosas terminasen finalmente bien y nadie mas resultase herido.

Finalmente decido llamar al timbre y prepararme para lo que venga a continuación. Nadie aparece para abrirme, cosa extraña, por lo que vuelvo a llamar al timbre y cuando estoy a punto de tocar por tercera vez oigo que alguien viene corriendo desde dentro de casa. La puerta de abre de golpe y me encuentro a mi hermana Lidia ante mis ojos.

-¡Sandra! Por fin llegas, ya era hora- exclama llena de felicidad al abrir la puerta pero cuando sube la vista para mirarme a la cara noto como su expresión cambia a un gran asombro- ¡Pequeña! ¿Qué te pasa? ¿Estas bien?- me pregunta al segundo dándome un fuerte abrazo.

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