viernes, 6 de julio de 2012

Capítulo 20


El tono de llamada de mi móvil me despierta de mis mas profundos sueños. Me cuesta desperezarme pero, cuando quiero darme cuenta, tengo que salir corriendo para coger el móvil antes de que se corte la llamada.

-¿Diga?- pregunto al teléfono, sin saber quien me llama.

Cuando me dice el desconocido su nombre una gran alegría me invade, odio que me despierten temprano pero esta vez merece la pena.

-Ahhhh eres tú. Cuéntame todas las novedades- añado en un susurro, esperando que me traiga buenas noticias.

A mi lado veo que mi prima Astrid se empieza a remover y abre los ojos para mirar que significa este silencioso alboroto.

-¿Qué pasa?- me pregunta adormilada.

-Espera un segundo- susurro al ya no tan desconocido-. No es nada Astrid, duerme que es muy temprano- respondo en otro susurro, dirigiéndome ahora a mi prima, mientras me dirijo fuera de la habitación para que no se entere de la conversación.

Tras cerrar la puerta, me dirijo escaleras abajo para no despertar tampoco a mis padres, ya que es muy temprano y todavía esta amaneciendo. Me acurruco en el sofá con la luz apagada y sigo con mi conversación.

-Entonces todo esta saliendo a pedir de boca, ¿no?- pregunto, esperando la confirmación para continuar contándole los que serán nuestros planes secretos-. Ajá, entonces ya estas haciendo la maleta para poder coger el avión a las 12 del medio día- hago una pausa para seguir escuchando y así saber que es lo que tenemos que hacer y si nos podemos ayudar en algo.

No puedo parar de sonreír y mi felicidad aumenta, no pensaba que las cosas fuesen a salir tan bien pero ahora ya puedo casi asegurar que habrá un final feliz en esta preciosa historia.

-Pues según me cuentas creo que entonces deberíamos quedar en el mirador a las 6 de la tarde- le explico mientras hago mentalmente cálculos para que todo salga bien-, así te daría tiempo a pasarte por el hotel a dejar la maleta y ya de camino compras un ramo de flores.

Seguimos hablando un rato mas mientras ultimamos los detalles finales, pero entonces oigo que una puerta se abre en el piso superior y decido acabar con la conversación antes de que se nos chafe la sorpresa.

-Te tengo que dejar- suelto de repente mientras los pasos se van acercando a las escaleras-. Luego hablamos y si surge cualquier problema me llamas.

Cuelgo el móvil a la vez que me doy rápidamente la vuelta, para así poder cerciorarme de que nadie me ha oído y suspiro al ver que mi prima todavía sigue bajando la escalera como un zombi, sin ninguna muestra de que me haya escuchado hablar por teléfono.

-¿Que haces despierta tan temprano?- la pregunto antes de que se desperece y me pregunte cualquier cosa a la que no sepa responder.

-Tenia sed- me dice frotándose los ojos, pero de repente se me queda mirando y llega la pregunta que tanto temía-. ¿Y tu que haces aquí a estas hora?

Me quedo en blanco, no sé que decir, tampoco se me ocurre una buena respuesta que no delate mis planes. Ella sigue mirándome, esperando que diga algo y antes de que empiece a sospechar opto por la respuesta mas sencilla y puede que la menos creíble.

-No podía dormir…- digo un poco aturdida, a la vez que dudo de si se creerá mi respuesta.

-¿Ahora?- me pregunta un poco sorprendida-. ¿Pero no te he visto antes hablando por teléfono?

-Nooo- exclamo de golpe un poco brusca y casi gritando-. Esto…- añado bajando el volumen y relajándome un poco- debes de haberlo soñado.

Astrid se queda callada, un poco sorprendida con mi reacción y puede que esperando otra respuesta, pero finalmente termina por optar quitarle hierro al asunto y olvidarse de lo ocurrido.

-Supongo…- dice dirigiéndose a la cocina mientras yo la sigo-. Todavía es muy pronto para despertarse, creo que me voy a ir de nuevo a la cama- añade dirigiéndose a mi, aunque yo sigo con mis pensamientos en otra parte, preocupada por si sospecha algo.

-Creo que yo también- termino respondiendo después de un rato-. Creo que hoy será un día muy largo.

miércoles, 4 de julio de 2012

Capítulo 19


La llamada termina y me trae buenas esperanzas. Si todo sale como espero, las cosas volverán a estar bien antes de lo que imaginemos, puede que incluso mejor de lo que habían estado nunca.

Una historia tan bonita como la de mi prima no puede acabar nunca, porque ¿Si ellos no consiguen estar juntos después de todo lo que han vivido, como podemos entonces los demás pensar que el amor es posible?

La tarde continua, un poco mas animada y la tristeza que tenia durante la mañana se convierte en esperanzas de futuro, esperanzas en las que me puedo incluir para luchar por lo que deseo; si nunca nos rendimos podemos llegar a conseguir todo lo que nos propongamos.

Todo esto me esta dando que pensar, la vida son dos días y hay que aprovechar cada momento al máximo, disfrutar de cada segundo y lo que tenga que pasar después ya será cosa del futuro, un futuro en el que no debemos pensar, solo importa el presente.

Hoy decido no pensar en mí, sino en mi prima y en ayudarla porque no se merece estar mal, para pensar en mí ya tendré tiempo mas adelante y seguiré mis instintos para que las cosas también estén bien a mi alrededor.

Continúo con alguna que otra llamada para que mis planes puedan ser posibles y después vuelvo a mi habitación, donde siguen mi prima y mi hermana.

-Menudas aburridas sois, ¿No pensáis salir de aquí?- las digo medio en broma para templar el ambiente, consiguiendo finalmente sacar una sonrisa a mi prima.

-Venga, vamos, os voy a llevar a un sitio mágico que se cruzo el otro día en mi camino- añado agarrándolas de los brazos y tirando de ellas para que se levanten de la cama y me sigan.

Bajamos corriendo las escaleras, con algún que otro tropezón y cuando finalmente abro la puerta oigo un grito que consigue pararme.

-Chicas,  ¿Adonde vais?- pregunta mi madre desde la cocina.

-No volveremos tarde mamá.

-Pero vendréis a cenar, ¿no?.

-Siiiiii mamá- respondo un segundo antes de cerrar la puerta y empezar a correr de nuevo por la calle.

Nos perdemos entre la gente por unas cuantas calles, llegando a empujar a alguna que otra persona sin querer, por lo que disminuimos el paso y recuperamos el aliento antes de llegar al lugar en el que me gustaría perderme cada día. Nos encontramos ante un maravilloso mirador rodeado de naturaleza y desde el cual se pueden ver las partes más bonitas de la ciudad.

Tras encontrarnos ante estas maravillosas vistas no puedo evitar mirar a Astrid y Lidia, que están las dos con la boca abierta al no poder imaginarse un lugar más bonito.

-¿Cómo puede haber un lugar tan… tan… tan…?- pregunta Astrid sin encontrar la palabra adecuada-. No me lo podría imaginar en un sitio tan desconocido.

-Aquí me siento libre, sin ataduras- respondo con mis pensamientos en otra parte-. Aquí nadie me hace daño ni me obliga  a nada. Aquí puedo ser yo misma- añado sin dirigirme a nadie en particular mientras sigo en mis ensoñaciones.

-¿Estas bien Sandra?- me pregunta mi hermana un poco sorprendida y preocupada por lo que acabo de decir.

Vuelvo a la realidad y miro a Lidia con la sonrisa mas grande de todas, imaginándome una vida en un lugar como este, en el que todo pudiese estar bien siempre, donde nadie me hiciese daño y tampoco me pudiese causar problemas. La naturaleza me transmite paz; energía y libertad; las vistas me hacen sentirme pequeña en mi mundo en el que solo me importo yo, nada más.

-Todo va bien, mejor que nunca- respondo mientras vivo el presente, sin ningún pensamiento en mi mente.

Los minutos pasan sin que nos demos cuenta y tenemos que volver rápidamente a casa ya que se hace tarde para la cena. Allí nos encontramos con que mis padres ya están sentados en la mesa mientras esperan a que lleguemos.

-Lo siento- digo nada mas entrar por la puerta- no nos hemos dado cuenta de la hora.

-No pasa nada cielo- me dice mi padre- nos acabamos de sentar.

La cena transcurre entre risas y bromas, sin acordarnos de nada más que del propio momento que vivimos.

Después de recoger los platos de la mesa subimos a mi dormitorio para preparar las camas y poder dormir todas juntas. Las risas continúan mientras terminamos en una guerra de almohadas saltando por los colchones, aunque nuestras risas rápido se acaban cuando se abre la puerta.

-Chicas, hablad mas bajo que vais a despertar a Lucia- nos dice mi madre desde el umbral de la puerta, con una sonrisa al vernos a las tres tan felices y a mi hermana y a mi de nuevo tan unidas.

-Valeeee- respondemos las tres a la vez mientras saltamos por última vez y caemos de culo sobre el colchón para quedarnos sentadas.

Cuando se cierra de puerta me tiro sobre mi prima y mi hermana para seguir dándolas con la almohada, pero esta vez sin hacer ruido, aunque ahora terminan ganando ellas al cogerme de los brazos y las piernas para que no me pueda mover.

Seguimos hablando sobre nuestras cosas para ponernos al día con todo, mientras escuchamos música. Sentimos que el tiempo no ha pasado y que nada ha cambiado desde que nuestra prima se fue a vivir a Paris, sentimos que seguimos siendo las mismas niñas que entonces y que nada en la vida importa, solo el día a día que vivimos. Pero a pesar de todo siempre llega el momento de volver a la realidad, los recuerdos que nos atormentan nunca se marchan y entre risas y llantos el sueño nos inunda y acabamos por dormirnos, siempre juntas.

viernes, 16 de marzo de 2012

Capítulo 18


Sin decirme ni una sola palabra más, tira fuerte de mí hacia dentro de casa empujándome escaleras arriba. No necesitamos palabras para que ella se dé cuenta de lo que me pasa, sabe que estoy mal y la necesito a mi lado.

-¡Mamá! Ahora después bajamos- grita desde lo alto de las escaleras para que nuestra madre nos escuche en el comedor.

Me mete en el baño todavía a empujones, cierra la puerta con cerrojo y me sienta en el wc, mientras enciende el grifo y empapa una toalla de agua para pasármela por la cara y quitarme el maquillaje que sobra.

-Cuéntame todo lo que ha pasado cariño, no quiero verte mal- me dice suavemente, terminando con un emotivo abrazo entre nosotras-. Te ayudare en todo lo que pueda.

No se por donde empezar a contarle la historia y tampoco tengo muchas ganas de volver a pensar en ello, pero decido acabar cuanto antes y resumo la historia lo máximo posible.

-El amor es mi único problema, no se conformarme con lo que tengo sino que me enamoro de otro y al final le termino haciendo daño porque sin terminar con mi novio ya he empezado otra historia- le cuento empezando a llorar de nuevo por todo el dolor que me producen todos esos recuerdos-. Y lo peor de todo es que he terminado diciendo a Mike las palabras más horribles que podrían salir de mi boca tan solo para alejarle de mí, aunque en lo más profundo de mi corazón sé que quiero estar siempre a su lado porque sin el no puedo ser feliz.

-Eres demasiado joven para pensar en el amor, cielo- me responde acariciándome las mejillas para borrar el rastro de las nuevas lagrimas que caen por mi cara-. Deberías disfrutar del momento y seguir lo que te dicte tu corazón- añade y con esta ultima frase posa su mano encima de mi pecho-, sin arrepentirte tanto por lo que pase en el camino. La vida es muy corta y hay que vivir cada momento al máximo.

Sus palabras me hacen reflexionar, sé que lleva razón pero es muy fácil escuchar sus palabras y muy difícil convertirlas en la filosofía de mi vida. Suelo preocuparme demasiado por todos mis actos y el cambiar eso ahora me costaría muchísimo. Lo que antes estaba muy decidida de hacer, ahora se ha vuelto muy confuso en mi cabeza y me arrepiento de tantas cosas que han ocurrido esta semana que mi corazón se esta partiendo en pedazos. Solo tengo una cosa clara, quiero terminar con Diego y empezar de nuevo, todo lo que ocurra después será cosa del destino.

-Cielo, como ya veo que estas mejor- me dice al ver que asoma una pequeña sonrisa en mi cara tras mi nueva decisión-, creo que deberíamos ir bajando a comer- hace una pequeña pausa, para después añadir algo que consigue que mi sonrisa aumente al máximo-. Abajo nos esta esperando papá y mamá con la prima Astrid.

Bajo corriendo las escaleras y cuando llego al comedor me encuentro a mi prima sentada en la mesa, con Lucia entre sus brazos. Conserva su larga melena pelirroja ondulada por encima de la cintura, pero en esta ocasión se ha dejado el flequillo a un lado, y de su cara no desaparece ni un solo segundo la preciosa sonrisa que le dedica a mi pequeña hermana. Cuando me ve aparecer por la puerta su sonrisa aumenta y devuelve a Lucia a los brazos de mi madre para salir corriendo a mi encuentro y darme un fuerte abrazo.

-¡Sandra! Mi querida prima- me dice sin dejar de abrazarme y con cierta emoción en la voz-. Como te he echado de menos.

Para cuando quiero darme cuenta ya he empezado a llorar, y esta vez no es por nada de lo que haya ocurrido esta semana, sino que lloro de la emoción por volver a ver a mi prima desde hace tanto tiempo, mi prima a la que tanto quiero y siempre he estado tan unida a ella.

-¡Mi niña! ¿Qué te pasa?- me pregunta preocupada al darse cuenta de que estoy llorando.

-No es nada, no te preocupes- la respondo abrazándola todavía aun mas fuerte-. Solo es la emoción de volver a verte.

-Te quiero pequeña- añade dándome un suave beso en la frente.

La comida transcurre en perfecta armonía recordando los buenos momentos que pasamos juntas en el pasado y también algún que otro recuerdo del presente, sin mucha importancia. En algunos momentos de la comida noto que la brillante mirada de mi prima se apaga, cosa que me resulta muy extraña porque es una persona muy alegre y nunca la he visto triste, pero decido no preguntar por ahora, ya tendré tiempo de conversar luego con ella y preguntarle que es lo que la ha pasado que la duele tanto.

Al acabar de comer recogemos la mesa y subimos mi prima, Lidia y yo a mi habitación para descansar un rato y hablar de todas nuestras cosas. Ya arriba nos sentamos en mi cama, con la habitación medio a oscuras y ponemos música.

-Bueno, ponnos al día con toda tu vida en Francia- termino diciendo para empezar una conversación.

-Pues la verdad es que no me puedo quejar, los estudios de enfermería me van muy bien, tanto que voy sacando matriculas en casi todo. Con la familia también todo bien, creo que mejor que nunca. Y lo demás pues bien, como todo en general- finaliza con un tono de tristeza en la voz, sin mencionar a Marius ni una sola vez.

Creo que tras no mencionarle ya sé que es lo que va mal en su vida y hace que sus ojos estén tan tristes. Tras unos momentos de duda decido preguntárselo, a ver si la puedo ayudar en algo y su alegría de siempre vuelve a estar presente en su mirada.

-¿Y con Marius que tal todo?- pero tras pronunciar el nombre me doy cuenta del fallo que he cometido, sus ojos se empañan y empieza a llorar mientras se tapa la cara con las manos.

-No pequeña…- le dice mi hermana abrazándola-. ¿Qué ha pasado?

-No llores más Astrid- añado apenada uniéndome al abrazo.

Pasados unos cuantos minutos mi prima se termina calmando y consigue dejar de llorar tras unos costosos esfuerzos. Se separa unos centímetros, me mira, mira a mi hermana después y nos da un fuerte abrazo a las dos.

-Gracias, gracias por estar a mi lado siempre que lo necesito- exclama con la voz cortada.

-Y nunca dudes de que estaremos a tu lado- añade mi hermana-. Ahora cuéntanos todo lo que ha pasado y seguro que encontramos una solución.

Al principio Astrid esta dudosa de empezar a hablar, pero finalmente se arma de valor y empieza a contarnos todo lo que ha ocurrido.

-Hace unos días estábamos preparando las vacaciones y los dos estábamos muy felices de irnos unos días juntos a solas, pero todo eso cambio cuando me ofreció irnos con sus padres en vez de todo lo que teníamos planeado- hace una pequeña pausa y coge aire antes de volver a continuar-. Yo no quise esas vacaciones, no porque no quiera a sus padres, sino porque ellos no me quieren a mí porque dicen que no soy una mala influencia para su hijo y que vamos demasiado rápido con nuestra relación- los ojos se la vuelven a empañar y empieza a caer alguna lagrima del dolor-. Después de eso tuvimos una gran discusión y dimos nuestra relación por terminado, pero yo le quierooo- añade alargando la ultima palabra-. Y no soy capaz de imaginarme una vida en la que él no esté presente.

Dicho todo esto vuelve a empezar a llorar, pero esta vez no puede evitar que su lloro se convierta en llanto. Ella le quiere y no se puede imaginar una vida sin el… Seguro que hay una solución para todo esto, yo la voy a encontrar y no me voy a dar por vencida. Ellos nunca se han debido separar y mi prima va a volver a ser feliz de nuevo y para siempre.

-Tengo una buena idea- exclamo cuando noto que se me enciende una bombilla en la cabeza-. Esta noche nos vamos a ir de fiesta para curar todos nuestros males.

-Gracias por todo Sandra, pero esta noche necesito descansar- me responde ya mas calmada-. Pero mañana te prometo que saldremos un rato- añade forzando una pequeña sonrisa.

-Está bien, lo único que queremos es verte bien.

Y terminada esta conversación me dispongo a salir de la habitación para ponerme manos a la obra con todos los planes que tengo en mente. Ya cuando me encuentro en la calle saco del bolsillo del pantalón el móvil de mi prima, que he conseguido quitarle sin que se dé cuenta, y me dispongo a hacer una llamada de la que no se puede enterar nadie, al menos por ahora. Y también espero que todo esto salga bien y las cosas vuelvan a estar tan bien como antes.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Capítulo 17


-¡Mike! ¿Dónde demonios te has metido?- oímos gritar a la señorita Claudia desde la otra habitación.

El grito consigue despertarnos finalmente de todo nuestro ensimismamiento mientras nos separamos de golpe a causa del susto que nos pegamos. Todo esto provoca  que nos choquemos con varias pilas de cajas cercanas a nosotros y se caigan algunas de ellas al suelo provocando un gran estruendo.

El ruido provoca que la señorita Claudia venga corriendo hacia el almacén bastante enfadada. Con la consecuencia de que al ver todo tan alborotado le da un guantazo bastante fuerte a Mike en la cara.

-¿Se puede saber que haces?- le grita Mike muy alterado a su madre, acariciándose ahora la mejilla con su suave mano.

-Dímelo tú a mi. No estabas controlando la tienda y encima me encuentro todo esto tan desordenado- le responde ella también gritando-. No te mereces mi confianza. Fuera de mi vista… y tú también- añade dirigiéndose ahora a mi, al parecer reparando por primera vez en que yo también me encuentro en la misma habitación que ella.

Después de todas estas palabras que tanto miedo me provocan, me dirijo rápidamente a salir de la tienda pero entonces caigo en la cuenta de que Mike ha desaparecido incluso antes de que me diese la vuelta para salir del almacén. Me preocupa todo lo que ha pasado y la forma en que ha tratado la señorita Claudia a su hijo, él no se merece todo esto porque es un buen chico. La culpa de todo lo que ha pasado ha sido solamente mía, como todo lo que le esta pasando últimamente a las personas cercanas a mi, salen heridos por mi comportamiento.

Se me pasa por la cabeza hablar con la dueña para aclarar todo lo ocurrido y que no trate más así a su hijo, pero me doy cuenta de que no es buena idea en este momento. El lunes ya lo solucionaré todo, tanto lo ocurrido en la tienda como mi relación acabada con Diego.

Lo primero de todo es encontrar a Mike y pedirle perdón por lo que acaba de ocurrir, se ha llevado las culpas de su madre por todo lo que yo he hecho y no es justo. No puedo permitir que las cosas acaben así entre nosotros y necesito disculparme con él antes de que desaparezca de mi vida durante todo el fin de semana y no vuelva a saber nada de él hasta el lunes, no puedo estar mal con él después de lo bien que se porta conmigo pero quizá las cosas no deban estar bien entre nosotros, puede que si las cosas no están bien entre nosotros sea lo mejor para todo el mundo por mucho que pueda dolerme.

Por la tienda no le encuentro por ninguna parte pero cuando me adentro en la calle le veo a lo lejos dirigiéndose rápidamente al final de la esquina antes de desaparecer al segundo siguiente. Salgo corriendo siguiendo el camino hacia el que se ha dirigido a la vez que también grito su nombre, con la esperanza de que pueda oírme, pero cuando me adentro en la calle por la que ha desaparecido me le encuentro parado mientras me espera y al verme sale corriendo hacia mi para darme un fuerte abrazo.

-¡Sandra! Cuanto necesitaba abrazarte- exclama Mike a punto de echarse a llorar-. Esta situación es horrible, no sabría que hacer ahora mismo si no te tuviese a mi lado.

-Si yo no estuviese a tu lado las cosas te irían mejor- añado con la voz quebrada, provocando que se separe de inmediato de mí y me agarre fuerte de los brazos mirándome fijamente a los ojos-. No te extrañes Mike, todo es mi culpa. Desde que he aparecido en tu vida, o mejor dicho tú en la mía, todo ha ido a peor y siempre estamos metidos en problemas de los que no sabemos salir- añado finalmente llorando.

-Eso no es cierto Sandra, no lo digas ni en broma- me dice ahora también llorando él y abrazándome muy fuerte-. Por favor Sandra, no vuelvas a decir eso nunca.

-Sabes que es cierto y lo siento mucho- le respondo al borde de los nervios-. El lunes lo solucionare todo con tu madre y las cosas volverán a estar bien, pero entre nosotros no puede pasar nunca nada más.

-¿¿Qué?? Estas de broma, ¿no?

-No Mike, lo digo muy en serio. No quiero traerte más problemas con tu madre y tampoco quiero estar viéndote llorando a todas horas por mi culpa. Y eso es lo que esta pasando todo el rato desde que nos conocemos- le aclaro sin poder dejar de llorar porque desearía estar a su lado para siempre pero últimamente las cosas están tan difíciles en mi vida que ser feliz esta fuera de mi alcance, pero no por eso quiero que él tampoco sea feliz. Él es lo que mas me importa ahora mismo en el mundo y por eso prefiero dejarle ir y no hacerle daño nunca más, no soportaría volver a verle derramar ni una sola lagrima más por mi.

-Si lloro es por no tenerte a mi lado pero en cuanto acabes con tu novio todo estará bien, no lo compliques Sandra. Déjalo fluir, solo así podremos ser felices- añade un poco más calmado y mirándome fijamente a los ojos, intentándome hacer comprender las cosas.

-A lo mejor tienes razón pero no quiero arriesgarme a volver a sufrir de nuevo, voy a dejar a Diego pero mi vida es demasiado complicada y necesito un tiempo a solas- exclamo y me doy rápidamente la vuelta para irme.

-¡Sandra! Quédate a mi lado por favor, no te vallas- añade agarrándome fuerte de un brazo y atrayéndome de nuevo hacia él.

No sé que mas hacer ni que decir para que me deje ir, será mejor si no estamos juntos porque han sido tan complicados estos últimos cinco días que no se como serán los nuevos que vayan a venir, tengo miedo. Debo seguir mi vida y centrarme en mi futuro si quiero llegar lejos, he perdido mucho el tiempo y Mike es un inconveniente en todo, pero le quiero demasiado y eso me hace débil, a la vez que ocurre lo mismo en el y le traigo muchos problemas. Todo esto debe acabar ya mismo, por mucho que me duela y me arrepienta de lo que ahora mismo voy a decir.

-¿Qué pasa Mike? ¿No entiendes ni una sola palabra? Tenias razón, solo estaba jugando contigo, no significas nada para mi, pero como siempre te tienes que salir con la tuya no querías entenderlo- le grito bastante histérica, mientras veo como le van resbalando las lagrimas por las mejillas. Ante estas ultimas imágenes estoy a punto de dar marcha atrás y pedirle disculpas a la vez que también le digo que esto no es verdad, pero debo ser fuerte y continuar con lo que he empezado, por el bien de los dos-. Estas muy bueno, no lo niego pero es solo eso, nada más. Déjame ir de una puta vez y búscate una vida, pero déjame a mi fuera- añado, notando como me empiezan a arder los ojos ante las lagrimas que están deseando caer y me doy la vuelta rápidamente mientras corro de vuelta por el camino que me ha traído hacia él, con las ardientes lagrimas derramándose por fin.

-¡Sandra! Todo esto no puede ser cierto, dime que no es cierto por favor- le oigo gritar a lo lejos histérico, pero no me permito el lujo de darme la vuelta para mirarle, porque sé que si lo hago volvería a caer rendida en sus brazos y sufriríamos continuamente.

Entro en el metro todavía llorando, odiándome por todo lo que le acabo de decir a Mike pero ya es muy tarde para arrepentirme porque lo hecho hecho está y ya no hay un arrepentimiento valido para todas las palabras hirientes que acabo de decir, palabras que no siento pero aun así palabras que han hecho demasiado daño a la persona de la que me he terminado enamorando sin ni siquiera desearlo.

Han sido unos últimos días muy duros, demasiado para ser exactos, han pasado tantas cosas en mi vida que ahora mismo no sé que hacer con todo lo que ha ocurrido. He hecho mucho daño a la gente que quiero pero a la vez todo esto me ha hecho daño a mi también porque no se como solucionar las cosas para que todo esté bien. Diego ha sido muy importante en mi pasado pero las cosas han cambiado y hemos terminado haciéndonos daño, por eso mismo ya que no quiero que sigamos juntos en el presente, solo podremos estar bien entre nosotros si nos alejamos y seguimos con nuestros caminos aunque no se si él lo querrá aceptar, por lo menos debo intentarlo por todo lo buenos momentos que vivimos. Mike… Mike es caso aparte, ha aparecido en mi vida revolucionándola y haciendo aparecer en mi sentimientos enterrados en mi interior, tan enterrados que nunca antes los había descubierto y que a la vez también tengo miedo de como puedan cambiarme porque esos sentimientos me hacen desear más y más, me hacen cometer locuras que nunca antes me había atrevido a hacer y soy feliz pero también sufro mucho por ellos porque estas locuras me han hecho hacer daño también a Diego y engañarle aun estando todavía con él. Y el haber aparecido Mike en mi vida también le ha hecho empeorar su relación con su madre y eso no quiero que ocurra, no por mi culpa, al igual que tampoco quiero volver a verle llorar ni una sola vez mas por mi. No voy a permitir verle sufrir más y por eso he decidido hacerle daño de la peor forma que se me ha ocurrido para que así no pueda hacerle daño de ninguna forma más y que tampoco vuelva a mi de nuevo porque, con todo lo que le he dicho, que creo que pueda volver a perdonarme nunca. Me duele mucho todo esto pero las cosas deben ser así, para que todo este bien primero hay que sufrir y después de ello llegara la calma y todo estará bien.

Podría decir que esta ha sido la peor semana que he tenido en mucho tiempo,  pero a decir la verdad esto no es cierto del todo porque sí ha habido algo bueno, la relación con mi hermana ha mejorado mucho después de tanto tiempo enfriada, la echaba mucho de menos pero ahora por fin volvemos a estar juntas y no quiero que nada ni nadie nos vuelva a separar.

Cuando me encuentro ante la puerta de mi casa me doy cuenta de que por la mañana se me ha olvidado coger las llaves y ahora debo llamar al timbre para que alguien venga a abrirme. Mi deseo era entrar sin hacer ruido y subir corriendo al baño para lavarme la cara y quitarme el maquillaje mal esparcido por mi rostro, y después de eso pensaba meterme en mi dormitorio sin comer siquiera y así poder descansar durante toda la tarde a solas. Pero ahora se me había fastidiado todo por mi mala cabeza y todos se enterarían de que había algo mal en mi vida y empezarían las preguntas, siendo eso lo que menos deseaba justamente ahora. No quería dar ninguna explicación a nadie, necesitaba estar a solas y pensar tanto en las cosas malas que había hecho hace tan solo unos minutos como durante toda la semana y en lo que estaba por venir a partir de ahora, debía tomar una decisión respecto a todo para que las cosas terminasen finalmente bien y nadie mas resultase herido.

Finalmente decido llamar al timbre y prepararme para lo que venga a continuación. Nadie aparece para abrirme, cosa extraña, por lo que vuelvo a llamar al timbre y cuando estoy a punto de tocar por tercera vez oigo que alguien viene corriendo desde dentro de casa. La puerta de abre de golpe y me encuentro a mi hermana Lidia ante mis ojos.

-¡Sandra! Por fin llegas, ya era hora- exclama llena de felicidad al abrir la puerta pero cuando sube la vista para mirarme a la cara noto como su expresión cambia a un gran asombro- ¡Pequeña! ¿Qué te pasa? ¿Estas bien?- me pregunta al segundo dándome un fuerte abrazo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Capítulo 16


Los primeros rayos de sol de la mañana entran por la ventana despertándome unos cuantos minutos antes de que suene mi despertador y empiece un nuevo día, por lo que me levanto de la cama y me tomo todo con tranquilidad para el buen día que me espera. Debería haberme sentido culpable por besar anoche a Mike pero la verdad es que no tengo ni una pizca de resentimiento, fue él el que empezó y yo le seguí pero fue uno de los besos mas bonitos que me han dado nunca. Mi historia con Diego ya esta terminada desde hace mucho tiempo, solo hace falta hacerlo oficial y así poder seguir adelante con nuestras vidas. No me extrañaría que Diego, con lo ligón que es con todo el mundo, se hubiese besado mas de una vez con cualquier otra chica. Y si me pongo a pensarlo no siento celos ni me duele que lo hubiese hecho como me hubiese ocurrido en el pasado, ahora soy muy feliz y nada me impide tener a todas horas una gran sonrisa en mi cara.

Me dirijo a la ducha mientras voy cantando algunas estrofas de mis canciones favoritas, el agua empieza a salir congelada mientras poco a poco se va calentando y me meto bajo la alcachofa mientras el agua va cayendo lentamente por mi cabeza. Termino de ducharme a los pocos minutos sin dejar de cantar ni un solo segundo, hoy me siento muy feliz. Vuelvo a mi habitación para vestirme, hoy con unos pitillos vaqueros azul claritos y una camiseta negra de tirantes con lentejuelas del mismo color y también rosas. Me cojo el pelo en una alta coleta de caballo y me calzo con unas preciosas bailarinas también negras antes de salir de la habitación, para dirigirme de nuevo al baño a pintarme un poco el colorete, la sombra de los ojos rosa clarito y brillo de labios que consigue resaltármelos.

Como todavía tengo tiempo antes de dirigirme al trabajo entonces me caliento un tazón de leche para desayunar, acompañada de cereales. Después de ello me lavo rápidamente los dientes y cojo una fina rebeca negra antes de salir a la fresca mañana de la calle.

El camino hacia el trabajo se hace entretenido mientras divago entre mis pensamientos, en los cuales sale sobre todo Mike. Ese beso que me dio fue tan especial que no consigo quitármelo ni un solo segundo de mi cabeza y en realidad tampoco quiero olvidarlo, fue tan mágico que con solo pensarlo ya siento mariposas revoloteándome por el estomago. No quiero ni pensarlo pero creo que Mike me esta empezando a gustar mas de lo que jamás hubiese llegado a imaginar, sé que le conozco desde hace muy poco pero él ha sabido tratarme correctamente y hacerme feliz, como nadie había conseguido hacerme sentir así en mucho tiempo. Cuando estoy a su lado puedo ser perfectamente yo, no tengo que intentar ser otra persona para gustar a los demás y eso me gusta mucho, me gusta estar acompañada de su presencia en todo momento y quiero que esto pueda ser así algún día a todas horas.

-¡Sandra!- oigo que alguien me llama a mis espaldas mientras me dirijo por la calle hacia la tienda. Cuando me doy la vuelta y veo con quien me encuentro, aparece una gran sonrisa en mi cara sin poder evitarlo.

-¡Mike! Hola- le digo parándome en mitad de la calle para esperarle, mientras él se me acerca corriendo a toda velocidad.

Cuando Mike me alcanza finalmente los dos nos quedamos parados sin saber como actuar, se me pasa por la cabeza darle un beso en los labios pero lo termino desechando rápidamente, al menos por ahora, y me acerco a él para darle dos besos como saludo.

-Sandra, quería preguntarte algo- me dice dudoso acariciándose la sien con el dedo índice.

-Claro, lo que tu quieras- le respondo con una amplia sonrisa, mientras me entra la curiosidad y a la vez también el temor por lo que pueda preguntarme justamente ahora.

-¿Qué paso anoche? ¿Por qué te separaste de golpe cuando nos estábamos besando y te fuiste sin dar ni una sola explicación?- me pregunta a carrerilla sin dejar de frotarse la sien.

No sé que responder exactamente a su pregunta, esto es algo complicado para mi. Decido darle la espalda para que entienda que no quiero hablar sobre ello, pero antes de darme tiempo a moverme él me agarra de los brazos y se planta ante mi, obligándome a mirarle a los ojos.

-Necesito una respuesta Sandra, llevo toda la noche pensando en ello y no he conseguido sacar nada en claro- lo único que me apetece en estos momentos es volver a besarle pero sé que no puedo porque, si en algún momento se entera de la verdad, esto va a hacerle mucho daño ya que puede pensar que estoy jugando con el y no quiero que esto ocurra nunca-. Y no me digas que no te gustó el beso porque sé que fue todo lo contrario, fue muy especial y no lo puedes negar porque sé que sentiste lo mismo que yo- añade, por lo que solo me queda darle una respuesta.

-¡Mike! Tengo novio- le respondo un poco brusca, con miedo de hacerle daño y que no me vuelva a hablar. Sé que no debería habérselo dicho de esta forma pero se merece conocer la verdad y que no haya secretos entre nosotros, no puedo ocultarle esto eternamente, pero puede que alguna vez me arrepienta de todo lo que he hecho y de no haber sabido de la forma adecuada.
Compruebo como se le abre la boca a Mike a causa de la sorpresa ante estas ultimas palabras, sus manos terminan resbalando por mis brazos y su mirada se torna de tristeza.

-No me lo puedo creer, pensaba que tú eras diferente- me dice, ahora cabreado y sin ni siquiera mirarme a la cara-. Has estado jugando conmigo, pero me alegro de haberme dado cuenta de que eres como todo el mundo antes de que sea demasiado tarde, solo piensas en ti- añade resentido, consiguiendo hacerme mucho daño con sus duras palabras.

-Mike, no es lo que tu piensas- le digo con las lagrimas a punto de caerme por las mejillas. Siempre me pasa lo mismo y termino haciendo daño a la gente que mas quiero en el mundo. Sabia que esto terminaría ocurriendo en algún momento y ahora lo lamento todo. Mike no me ha dejado otra opción, he tenido que decirle la verdad pero necesito explicarme para que lo entienda todo, si acaso me deja hablar.

-No necesito saber nada mas, ya me lo has aclarado todo- me responde bruscamente y se dirige rápidamente hacia la tienda sin esperarme ni dejarme hablar.

Me quedo durante unos cuantos parada, sin fuerzas para moverme mientras las lagrimas caen velozmente por mis mejillas. Por mi cabeza aparecen todos los recuerdos que me han ocurrido durante los últimos cinco días y como ha cambiado mi vida desde que empecé este trabajo y conocí a Mike, todo está patas arriba y nunca antes había estado tan confundida como lo estoy ahora. Me seco las lágrimas y me armo de valor para empezar mi jornada laboral, aunque en este momento lo que mas me gustaría es poder refugiarme de todo lo que ha pasado y volver a la vida real cuando todo estuviese por fin solucionado.
Cuando entro en la tienda ya se encuentra allí la señorita Claudia, por lo que me dirijo al almacén para ponerme rápidamente la camiseta y empezar a trabajar lo antes posible porque lo que menos me apetece es tener ahora también una bronca con mi jefa.

El transcurso de la mañana se me hace horroroso, tengo muchas ganas de llorar de nuevo por todo lo ocurrido pero en este momento no puedo permitírmelo. También tengo muchas ganas de hablar con Mike y explicarle toda la verdad pero estando su madre delante no puedo hacerlo y me preocupa no poder hablar con él hoy y tirarme todo el fin de semana distanciada de él sin haber podido solucionar las cosas entre nosotros.

Los minutos van pasando mientras no paro de trabajar y atender clientes, parece ser que vienen juntos todos los clientes que han pasado por aquí durante la semana entera porque no tengo ni un solo segundo de descanso mientras corro de un lado para otro. Según se va acercando el mediodía van disminuyendo los clientes que pasan por la tienda y apenas una hora antes de terminar mi jornada laboral la señorita Claudia se ausenta durante un buen rato de la tienda, por lo que me decido a aprovechar para hablar con Mike pero entonces me doy cuenta de que hace un buen rato que no le veo y no tengo ni idea de donde se ha podido meter.

Miro por todos los rincones de la tienda pero no consigo verle, me asomo a la calle y ni rastro de él; asique como ultima opción que me queda me dirijo hacia el almacén a ver si consigo encontrarle pero cuando pienso que ya se ha ido y no voy a conseguir verle me doy cuenta de que detrás de unas cajas hay un mechón de ese pelo castaño que tanto me gusta.

-¡Mike!- le llamo mientras me acerco lentamente hacia él-. ¿Se puede saber que haces ahí metido?

-Te lo puedes imaginar- me dice finalmente asomándose a través de tantas cajas-, no me apetecía hablar contigo después de todo lo que ha pasado.

-No te comportes como un crio Mike- le respondo un poco brusca-. Necesito explicarte todo y no solo por ti sino también por mí.

-Esta bien- y de repente me fijo en su cara y me doy cuenta de que ha debido estar llorando porque tiene los ojos brillantes y colorados.

-Todo es una larga historia y el principal protagonista eres tú- empiezo intentando encontrar las palabras adecuadas para darle a entender que en ningún momento he querido hacerle daño-. Empecé a salir con mi novio hace seis meses y al principio todo era maravilloso, pero últimamente las cosas han cambiado entre nosotros y no estamos bien, aunque me daba miedo admitirlo- hago una pequeña pausa en la que trago saliva antes de continuar de nuevo-. Nuestra historia se acabó hace mucho tiempo y no me he dado cuenta hasta que te he conocido, tú has conseguido hacerme realmente feliz, como nunca nadie lo había conseguido antes; pero también tú has conseguido que logre sentir unas cosas muy bonitas que no había conseguido experimentar con nadie en el pasado. Quiero cortar con mi novio pero todavía no he encontrado la oportunidad de hacerlo y la verdad es que tengo miedo de como pueda reaccionar- le explico a toda velocidad, pero llegado este momento decido hacer  otra pausa, dudosa de si debería decir lo que tantas ganas tengo de contarle pero me asusta sacarlo a la luz, hago acopio de valor y finalmente lo suelto todo-. Creo… Creo que estas empezando a gustarme de verdad.

Mike, que me ha estado escuchando atentamente durante todo el discurso que le he dado sin interrumpirme en ningún momento, al oír estas ultimas palabras se queda boquiabierto, sin saber como reaccionar ante lo que sus oídos acaban de escuchar. Primero se pasa las manos por la cabeza para echarse el pelo hacia atrás y un segundo después se empieza a acercar a mi lentamente, como si no supiese que hacer realmente. Me acaricia la mejilla suavemente con su mano, me mira fijamente a los ojos mientras noto que los tiene todavía mas brillantes que antes y poco a poco se va acercando mas aun a mí.

Se lo que va a pasar y creo que esta vez si que debería evitarlo hasta que haya puesto fin a mi relación con Diego pero, por mucho que no quiera que ese beso vuelva a ocurrir, no soy capaz de alejarme porque tengo tantas ganas como él o incluso mas de volver a juntar nuestros labios. Sin poder evitarlo ahora si me empiezo a sentir un poquito culpable porque debería haber terminado con Diego antes de haber empezado otra historia, en realidad Mike ha tenido la culpa de que quiera acabar con mi novio pero también es verdad que esto debería haber acabado mucho antes y que si no fuese por Mike nunca habría tomado la decisión correcta. Nuestros labios continúan acercándose mientras mis pensamientos desaparecen poco a poco alejando cualquier duda sobre volver a versar a Mike, vamos cerrando los ojos lentamente y nos vamos transportando a un nuevo mundo en el que reinan los cuentos de hadas.

martes, 7 de febrero de 2012

Capítulo 15


-¡Mike!- exclamo llena de felicidad a la vez que me doy la vuelta y me tiro encima de él abrazándole muy fuerte y sin poder evitar expresar toda mi felicidad por verle de nuevo.

-Ya veo que te alegra mucho verme- responde ante mi alegría mientras también me abraza y me levanta del suelo.

Entonces me doy cuenta del grave error que he cometido al mostrarme tan expresiva en esta ocasión, ya que mis actos pueden dar lugar a malentendidos de que quiero estar con él aunque en realidad puede que eso sea lo que mas deseo en este momento, pero no lo mas conveniente. Por tanto me separo de golpe para intentar remediarlo pero veo como la expresión de Mike cambia de una gran alegría a una profunda tristeza.

-¿Qué te pasa?- me pregunta confundido-. ¿He hecho algo mal?- añade acercándose un poco mas a mi.
Cuando le tengo a un paso de mi y nuestras miradas se encuentran compruebo que en sus ojos brillan las lagrimas que están a punto de ser derramadas y entonces siento como me fallan las piernas al comprobar como un simple acto mio puede hacer tanto daño a la gente que quiero. Decido acortar la distancia que nos separa y, sin darme cuenta, cruzo esa pequeña barrera que se encuentra entre nosotros mientras le vuelvo a abrazar enterrando mi cabeza en su cuello, a la vez que él me responde con un dulce beso en mi cabeza.

-No has hecho nada malo- le respondo finalmente con un susurro en el oído para que así no pueda comprobar como se me ha quebrado la voz-, es solo que… mi vida últimamente es un poco complicada y debo resolver primero unos asuntos antes de que todo vuelva a ir bien de nuevo.

Nos quedamos unos cuantos segundos más abrazados sin decir ni una sola palabra hasta que finalmente es Mike el que se separa del abrazo pero sin alejarse apenas de mi y me coge de las manos a la vez que me mira fijamente a los ojos de nuevo sonriendo y sin ninguna tristeza en su rostro.

-Pues espero que encuentres las soluciones a todo eso en otro momento porque ahora mismo te vas a venir conmigo a tomar algo- me dice con una gran felicidad que no había visto antes.

La verdad es que me gusta muchísimo su propuesta y realmente me apetece como nada en el mundo pero tal y como están las cosas no se si debería aceptarlo en este momento.

-Mike, no se si es buena idea- le respondo finalmente pero sin alejarme ni un solo milímetro de él.

-¿Y me vas a hacer volverme a casa después de haber venido aquí solo para verte e invitarte a tomar algo?- me pregunta mientras empieza a poner pucheros en la boca como si fuese un niño pequeño, un acto que consigue hacerme reír a carcajadas-. ¿A que no vas a ser tan mala como para no aceptar?- añade mientras me suelta una mano para acariciarme la mejilla.

-Esta bien- termino respondiendo aunque en lo mas profundo de mi corazón sepa que no es lo correcto por  muchas ganas que tenga de ello-. Pero solo quince minutos, ni uno mas ni uno menos- añado todavía sin poder creerme que haya aceptado su propuesta.

-Como usted desee señorita- me responde poniéndose serio para demostrarme que esta de acuerdo conmigo pero finalmente se le termina escapando una pequeña sonrisa a lo que yo termino respondiendo con otra tímida sonrisa.

-Mike espérame fuera mientras llamo a mis padres para avisarles- le digo al acordarme de que mi madre me dijo que llegase pronto a casa.

-Vale- me responde dirigiéndose ya fuera del almacén mientras yo saco rápidamente el teléfono del bolsillo y tecleo un numero de teléfono sin apenas darme cuenta de a quien llamo.

-¿Lidia?- pregunto cuando finalmente me responden.

-¿Quién voy a ser si no? Has llamado a mi móvil- me dice riéndose por mi estupidez-. ¿Quieres algo?

-Si, tienes razón. Hazme el favor de decirles a papá y mamá que llegare mas tarde y que no me esperen para cenar- respondo rápidamente deseando volver con Mike.

-¿Tienes una cita y no me lo has contado?- me pregunta con un tono de sorpresa en la voz-. Eso no me parece bien ehh.

-No es una cita, solo me han invitado a tomar algo. Ya te contare todo mas tarde- respondo y cuelgo el teléfono antes de que la de tiempo a añadir una sola palabra mas.

Después de la conversación me dirijo de nuevo hacia el espejo para ver si me encuentro presentable y salgo del almacén para encontrarme otra vez con Mike pero finalmente me quedo parada en la puerta ya que me sorprende encontrarle hablando con Alex, aunque ellos captan mi presencia y de repente se quedan callados y se ponen colorados cuando nuestras miradas se cruzan. No sé que habrá pasado por aquí y tampoco se si quiero saberlo asique decido no comerme la cabeza y acercarme a ellos.

-Que sorpresa encontraros a los dos juntos- les digo sonriendo cuando ya me encuentro a su lado-. Ya estoy lista, si quieres nos podemos ir- añado dirigiéndome hacia Mike.

-Claro- me responde cogiéndome de la cintura cuando nos dirigimos a la puerta, pero antes de salir se para y se da un segundo la vuelta-. Adiós Alex, ha sido un placer conocerte.

-Divertíos- responde Alex aunque compruebo que no ha puesto muy buena cara respecto a que Mike y yo vayamos a salir esta noche.

Cuando nos encontramos fuera de la tienda me coge de la mano  y me lleva hacia un Seat León negro que se encuentra al final de la calle, pero cuando esta a punto de abrir la puerta del coche para que entre me empieza a mirar de arriba a abajo de una manera un poco extraña.

-Vaya, si que te has puesto guapa hoy- me dice de repente centrando ahora su mirada en mis ojos- ¿Lo has hecho por mi?- me pregunta después con un tono de curiosidad en la voz.

-Puede…- le respondo con picardía-. Aunque creo que nunca lo sabrás, hazte tus propias conclusiones- añado y le guiño un ojo a la vez que abro la puerta del coche y me meto dentro.

Cuando Mike también se encuentra dentro del coche me vuelve a mirar, pero esta vez se muestra sorprendido por como estoy actuando pero la verdad es que me estoy divirtiendo, aunque deseo que esto no llegue a más, sino que se queden las cosas tal y como están.

-A ver, necesito que me digas algo- exclama cuando pone el coche en funcionamiento dirigiéndose a no se donde-. ¿Ha pasado algo de lo que yo no me haya enterado pero que te haya hecho cambiar tu forma de ser?- me pregunta mirándome de reojo sin separar sus ojos de la carretera.

No se que responder a su pregunta, la verdad es que me siento un poco aturdida. Quiero disfrutar de la vida pero no quiero hacer daño a nadie y antes de poder disfrutar completamente tengo que terminar lo que he empezado.

-Han pasado cosas que me han hecho replantearme mi felicidad, por eso mismo quiero acabar con mi pasado y empezar de nuevo, pero esta vez quiero disfrutar de la vida y estar siempre feliz- le respondo mientras miro el paisaje a través de la ventanilla lateral.

-Me parece bien todo eso, pero…-me dice dudoso de como continuar-, para ser feliz nunca debes dejar de ser quien eres. Mira Sandra- añade acariciándome ahora la pierna-, me gustas tal y como eres y no quiero que nunca cambies porque alguien te haya echo sufrir. Eres única y especial.

Sus palabras como siempre consiguen llegarme al alma y llenarme de una profunda felicidad, me gustaría poder acabar ahora mismo con Diego para así poder estar con Mike y ser feliz pero no se si seria una buena idea empezar tan pronto después de todo lo que he pasado. Aun así sin siquiera pensarlo termino posando mi mano encima de la suya, que todavía se encuentra encima de mi pierna.

A los pocos minutos nos encontramos con el coche aparcado en una calle oscura y entrando en un pub. Ahora que me fijo bien la verdad es que Mike esta muy guapo esta noche, mas de lo que lo había estado ninguno de los días que le he visto. Mike viste unos vaqueros oscuros y una camisa negra y el pelo se le ha vuelto a poner de punta, como a mi me gusta. Pero lo que más me gusta de él es la sonrisa que tiene dibujada en la cara y no desaparece ni un solo segundo.

-¿Qué te apetece tomar Sandra?- me pregunta cuando su dulce mirada se posa en mis ojos.

-Una coca cola por favor- le respondo cuando me siento en un taburete delante del bar.

-¡Camarero!, dos vodkas con coca cola- dice de repente Mike cuando pasa un camarero por nuestro lado.

-Mike…- suelto dándome la vuelta de golpe y casi cayéndome de la silla.

-¡Sandra!- exclama acercándose corriendo a mi lado y agarrándome fuertemente de la cintura para que no acabe en el suelo-. ¿Qué haces?

-Yo solamente quería una coca cola, ¿Por qué has tenido que pedirme otra cosa?- le pregunto intentando mostrarme enfadada mientras él aun me esta sujetando de la cintura.

-Te he pedido lo que tu querías, solo que le he añadido un poco de diversión- me responde y me da un fugaz pero sensual beso en los labios.

Ante este suceso me quedo con la boca abierta, sin saber que pensar ni como actuar. No es algo que no estuviese deseando sino que me ha pillado desprevenida y este no es el momento adecuado para bajar la guardia ante él porque por mucho que me guste tengo que acabar primero con mi larga e interminable historia con Diego.

-¿Qué ha sido eso Mike?- le pregunto en apenas un susurro, todavía sorprendida por lo que ha ocurrido y aun mas deseosa por volver a besarle, pero tengo que reprimirme ante todos mis deseos si no quiero hacer algo de lo que luego me arrepienta.

-Un beso- me responde pícaro antes de acercarse al camarero para coger las bebidas.

-¿Pero a que ha venido?- le vuelvo a preguntar bajándome de la silla y corriendo tras él, intentando que esta vez me aclare las cosas.

-Pues porque me apetecía- añade dándose la vuelta para darme mi bebida-. ¿Qué pasa? ¿No te ha gustado?

-Pues claro que me ha gustado- exclamo sin pensar mi respuesta pero para cuando quiero darme cuenta ya es demasiado tarde y entonces me paro de golpe y me pongo colorada-. Esto… esto… Lo del beso no venia al caso, no entiendo ni como te has podido atrever a besarme- añado dándole la espalda para intentar ocultar mi vergüenza.

-Vamos Sandra, que no pasa nada- me dice al oído mediante un susurro mientras me abraza por detrás- Ha sido un simple beso; y ahora vamos a divertirnos- añade separándose para quitarme la bebida y dejarla en la barra, para un segundo después cogerme de la mano y llevarme a bailar al centro de la pista, una pista que se encuentra vacía de personas.

-Mike no, que vergüenza- exclamo intentando volver sobre mis pasos mientras me tapo la cara con las manos.

-Olvídate de la vergüenza Sandra, vamos a disfrutar de la noche, que es solo nuestra- y me acerca hacia él, acortando toda la distancia que se encuentra entre nosotros.

Los minutos pasan mientras nosotros seguimos bailando sin parar, acompañados de unas cuantas bebidas que consiguen que mi vergüenza vaya desapareciendo poco a poco y como consecuencia descubro una parte mía que nunca había conocido pero que en verdad me gusta mucho. Realmente disfruto al lado de Mike como nunca antes había disfrutado junto a cualquier persona, él consigue sacar de mí una felicidad sin la que ya no podría vivir. Gracias a él vuelvo a ser la niña loca que no le teme a nada y que le gusta disfrutar de todo lo que se le cruza por el camino. Bailamos canciones lentas en las que terminamos abrazados con mi cabeza apoyada sobre su hombro, canciones que desearía que nunca se acabasen para no separarme jamás de Mike y permanecer toda la vida a su lado, siendo feliz. También bailamos canciones rápidas con las que terminamos saltando y riéndonos a carcajadas sin parar.

La noche se convierte en una gran locura, tan grande que perdemos la noción del tiempo y cuando quiero darme cuenta ya es demasiado tarde, por lo que debo apresurarme para volver a casa.

-¡Mike!- exclamo cuando veo la hora tan tarde que es en el reloj-. Debo volver ya mismo a casa, es muy tarde- añado apurándome la bebida y dándome prisa para salir del local antes de que se me haga más tarde

No se donde me encuentro ni si hay un medio de transporte por aquí cerca que me pueda llevar hacia mi casa. No me he acordado en toda la noche de mis padres ni de nada que no fuésemos Mike y yo, ha sido todo tan rápido que ni siquiera he conseguido darme cuenta del lugar hacia el que nos dirigíamos y de la hora tan tarde que se hacía mientras no parábamos de bailar y disfrutar. Seguro que cuando llegue a casa me voy a llevar una gran bronca de mis padres y seguro que también me castigan, cosa que nunca me había ocurrido antes porque siempre he intentado ser la hija perfecta que todos los padres desean. Mike me esta cambiando y no se si este cambio es bueno pero aun así yo estoy disfrutando como nunca, cosa que seguro que no les hace gracia a mis padres en cuento entre por la puerta. Voy corriendo de unas calles a otras sin reconocer ninguna pero oyendo como gritan mi nombre a lo lejos.

-¡Sandra! ¿Se puede saber que estas haciendo?- me pregunta Mike agarrándome la muñeca cuando finalmente consigue alcanzarme.

-Intento buscar una parada de bus o el metro- le respondo exhausta-. Mis padres me van a matar cuando llegue a casa.

-¿Acaso crees que te iba a dejar volver sola a tu casa a estas horas?- me pregunta obligando a darme la vuelta sin soltarme ni un segundo la muñeca-. Vamos a coger el coche que te llevo- añade agarrándome suavemente de la cintura para intentar relajarme.

Volvemos al coche y antes de separarnos para entrar dentro le doy un fuerte abrazo, uno de esos que solo se les da a las personas que quieres de verdad y que siempre consiguen hacerte feliz.

-Gracias por todo Mike- exclamo separándome para darle un dulce beso en la mejilla antes de meterme dentro del coche.

El camino transcurre sin mucha conversación, aunque en ocasiones se cruzan nuestras miradas que no niegan la felicidad que sentimos cuando nos encontramos juntos, al igual que tampoco niegan nuestros deseos pero de momento debemos luchar contra ellos.

Rápidamente nos encontramos con el coche delante de mi casa, los dos dentro del coche callados y sin saber de que forma despedirnos. Antes de que todo acabe de la forma que menos deseo, decido actuar y acabar con esto de una vez por todas.

-Bueno… Me tengo que ir Mike, mañana nos vemos- digo finalmente y entonces me dirijo a abrir la puerta del coche para salir rápidamente.

-Sandra…- escucho mencionarme a Mike cuando mientras estoy saliendo del coche y entonces noto como me agarra del brazo tirando hacia él, cosa que me sorprende, pero cuando me doy la vuelta para ver que ocurre mis labios se encuentran delante de los suyos, sin darme apenas tiempo a separarme. Empieza a besarme y al principio intento negarme pero después no puedo resistirlo y termino yo también besándole, primero es un delicado y suave beso que después se convierte en pasional, los dos ansiosos porque ese beso no acabe nunca. De repente se cruza en mis pensamientos Diego porque sus besos siempre eran salvajes, deseoso por cruzar la línea que se encuentra entre nosotros y terminar así acostándonos. Esos pensamientos aparecen en el momento menos adecuados e intento alejarlos de mí pero entonces me doy cuenta de que estoy cometiendo un grave error y no puedo continuar besando a Mike.

-¡Mike no puedo, ahora no!- exclamo de repente cuando consigo separar mis labios y salgo corriendo del coche mientras le oigo gritar mi nombre, pero en ningún momento me doy la vuelta y en apenas dos minutos me encuentro entrando por la puerta de mi casa.

Me extraña no encontrarme a mis padres esperándome pero a la vez eso me relaja porque no tengo ganas de darles ninguna explicación. Subo también corriendo hacia mi habitación y cuando estoy a punto de entrar oigo como se abre la puerta de la habitación de Lidia.

-He conseguido librarte de nuestros padres, pero mañana me debes una explicación de todo lo que ha ocurrido- y vuelve a cerrar la puerta como si nada hubiese ocurrido.

Ahora me encuentro sola en mi habitación, muy confundida por todo lo que ha ocurrido pero a la vez muy feliz porque deseaba que pasase cada cosa de las que se han presentado ante mí esta noche. He sido muy feliz y me prometo que a partir de ahora no habrá ni un solo segundo en el que la tristeza se apodere de mí vida. Todo esto se lo debo a Mike y creo que debo darles muchas explicaciones a todo el mundo, al igual que debo solucionar otras muchas cosas antes de tener una completa felicidad, sin hacer daño a nadie.

Me desvisto y después me pongo tranquilamente el pijama. No he cenado nada esta noche y aunque ya son las dos de la madrugada no tengo ni una pizca de hambre. Me meto en la cama y me arropo con una fina sabana a la vez que mi mente rememora cada segundo de los que han ocurrido en mi día de hoy mientras poco a poco el sueño se va apoderando de mí.