El despertador me
sobresalta mientras los primeros rayos de sol calientan mis mejillas, es hora
de despertarme para el gran día que me espera. Por fin he conseguido acabar el
bachillerato y aunque no tengo unas notas excelentes pues no me preocupa porque
ahora mi mayor preocupación ahora es que me salga bien todo lo que me propongo para
tener el futuro con el que siempre he soñado.
Estoy ansiosa de empezar a
trabajar hoy en la tienda de ropa en la que me han contratado y sé que este no
es el sueño de muchas adolescentes pero sí el mío, porque gracias a este
trabajo me poder pagar los estudios de arte dramático y así conseguir cumplir
mi sueño de toda la vida.
Me acuerdo que desde que
era muy pequeña siempre me gustaba actuar pero mi vergüenza me ha jugado malas
pasadas y por eso mismo nunca fui capaz de intentar cumplir mi sueño antes, ni
siquiera apuntándome a las obras que representaban en mi colegio o en mi
instituto. Pero ahora todo ha cambiado y aunque sigo teniendo la misma
vergüenza que antes pues he decidido intentar cumplir mi sueño para ser feliz.
¿La razón de este cambio en mí? Pues la verdad es que la única razón es el
nacimiento de mi hermana Lucía porque ella ha conseguido sacarme una sonrisa
siempre que pensaba que nada en el mundo tenía sentido, ella ha conseguido que
me parase a pensar que siempre hay que intentar ser feliz por muy difícil que
sea. Todo se lo debo agradecer a mi hermanita porque estos cinco últimos meses
desde su nacimiento han sido los mejores de mi vida y nunca voy a poder olvidar
la sonrisa que tenía en la cara cuando yo no paraba de llorar por lo mal que lo
estaba pasando con los estudios, consiguiéndome sacar una sonrisa desde el
llanto más profundo.
Bueno voy a dejarme ya de
recuerdos del pasado y voy a meterme corriendo en la ducha porque no quiero
llegar tarde a mi primer día de trabajo.
Terminada ya de ducharme
me seco rápidamente y me visto con unos sencillos pitillos y una camiseta de
manga corta blanca con el dibujo de una rana y finalmente me pongo unas
zapatillas Mustang azul marino Miro la hora del reloj y me doy cuenta de que ya
se me está haciendo tarde así que me cojo el pelo rápido en una cola de caballo
y bajo corriendo las escaleras a por una naranja para comérmela en el camino
hacia el trabajo.
La casa está muy
silenciosa a estas horas asique supongo que mi padre ya se ha debido de ir a
trabajar a la oficina y mi hermana mayor todavía sigue durmiendo al igual que
mi madre y Lucia, que no creo que aguante mucho más así porque seguro que
pronto se despierta porque tiene hambre y se les acabara el chollo de dormir a
todas con el llanto de mi hermana.
Cuando por fin me decido a
salir a la calle una ráfaga de viento consigue ponerme los pelos de punta y
tengo que volver a meterme en casa para coger una sudadera para no pasar frio
en el camino hacia el trabajo. Como odio este tiempo, tanto frio que hace a
estas horas y luego cuando vuelva a casa seguro que me aso de calor.
Mientras voy andando por
la calle en dirección al metro decido ponerme los cascos para escuchar música
de mi móvil y así conseguir calmar mis nervios por el día que me espera. Hoy es
el primer día en el que voy a trabajar porque siempre había estado tan centrada
en aprobar los estudios que no me había puesto a trabajar y seguro que este año
tampoco lo habría hecho si no hubiese decidido estudiar arte dramático, ya que
hace unos meses mis planes eran distintos y lo que pensaba hacer era estudiar
derecho como mi padre en la universidad aunque no hubiese necesitado trabajar
porque habría pedido una beca.
Me monto en el metro y
aunque todavía sigo escuchando música decido estar atenta en las paradas hacia
las que me dirijo para no saltarme la parada en la que me tengo que bajar.
Cuando por fin llego hacia
mi destino me levanto de mi asiento y salgo del metro para dirigirme a la
salida. Miro la hora en el reloj y veo que ya son las 8:55, asique debo darme
prisa para no llegar al tarde al trabajo ya que en 5 minutos empieza mi jornada
laboral.
Cuando salgo de la parada
de metro me empiezo a poner muy nerviosa y empiezo a correr hacia el trabajo ya
que lo que menos quiero hacer es llegar tarde mi primer día. Y 3 minutos más
tarde me encuentro ante la puerta de la tienda que será mi primer trabajo
durante los próximos meses, pero hay un inconveniente, todavía no ha venido
nadie a abrirla.
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