jueves, 15 de diciembre de 2011

Capítulo 3


Ya he terminado de doblar toda la ropa que me ha mandado la jefa pero ahora mi problema es que no sé dónde debo colocar cada prenda y la verdad es que no me apetece mucho preguntárselo a la señorita Claudia ya que al parecer todavía sigue con su humor de perros de antes.

Entonces se me ocurre la maravillosa idea, según se piense, de acercarme a Michael para que me resuelva mis dudas, esperando de esta forma no sufrir ningún descaro por toda la discusión que ha ocurrido antes.

-Perdone Michael- le digo mientras me acerco a él, que acaba de salir del almacén.

-Hola…- me responde dudoso, creo que va a ser porque todavía no nos hemos presentado y me he tomado demasiadas confianzas. Noto como se me empiezan a calentar las mejillas de la vergüenza porque él no tiene ni idea de quién soy.

-Ups perdón Michael. Yo soy Sandra, la nueva empleada.

-Ahhh encantado- dice soltando una carcajada- y llámame Mike por favor que estamos entre compañeros- añade con una amplia sonrisa en la cara-. Dime en que te puedo ayudar.

-Gracias- le digo yo también sonriendo-. Pues acabo de terminar de doblar todas las prendas, pero no sé en qué estante tengo que colocar cada una. ¿Me podría ayudar?- le pregunto más relajada pero todavía con un poco de vergüenza.

-Claro Sandra, para eso estoy. Y por favor tutéame que no soy tan mayor- concluye Mike bastante simpático conmigo. Entonces le miro y me doy cuenta de que es bastante joven, debe tener alrededor de 20 años. Me parece que es un chico agradable y seremos muy buenos compañeros.

Mientras me explica donde debo dejar la ropa seguimos con la conversación soltando algunas risitas. Me gusta bastante hablar con él porque me siento muy cómoda en su compañía.

-Por cierto Mike, ¿Cómo es que te llamas así y no tienes un nombre español?- le pregunto con curiosidad.

-Menuda pregunta- suelta Mike con una carcajada-. Parece ser que ya estás cogiendo confianza conmigo- añade mirándome a los ojos y sonriéndome-. Pues la verdad es que me pusieron este nombre porque así se llama mi padre y mi abuelo, que son ingleses, y querían que yo también me llamase así.

-Pues yo te veo muy español, no tienes ni una pinta de inglés- le contesto extrañada.

Al momento me doy cuenta de que mi respuesta ha sido un poco tonta porque Mike se empieza a reír sin parar mientras yo me pongo colorada como un tomate.

-Eso es porque me parezco demasiado a mi madre aunque en el interior soy más como mi padre- dice al final Mike más calmado aunque todavía se le escapa alguna risita.

-Ahhh vale- concluyo todavía un poco avergonzada, pero ahora tengo otra duda en la cabeza y decido preguntársela-. Y… ¿Tu madre por qué quiere que le llame señorita? ¿No está casada?

-Divorciada para ser exacto- me dice Mike con un punto de tristeza en la voz.

-Lo siento…

-No te preocupes preciosa, eso pertenece al pasado- añade finalmente volviendo a sonreír-. Bueno voy a seguir trabajando en el almacén que no quiero que me vuelva a echar la bronca mi madre.

Me quedo parada observando cómo se aleja hasta que le pierdo de vista en el almacén, entonces sigo terminando de colocar la ropa en los estantes a la vez que pienso lo agradable que es Mike conmigo.

Me cae muy bien este chico, tiene un toque especial que le hace diferente a todos. El único parecido de Mike con Diego es que tiene un punto rebelde pero me gusta porque también tiene su toque sensible y es demasiado amable, al contrario que mi novio.

Ese último pensamiento me entristece porque me gustaría sentirme un poco más querida por Diego y que se preocupase de mí, en vez de estar a todas horas con sus amigos y ligando en cada sitio que pisa. Él es así pero también hemos vivido momentos muy agradables juntos como el día en el que empezamos a salir. Recuerdo que a mi él me gustaba desde hace tiempo y a veces teníamos alguna conversación pero nunca pasaba de eso. Entonces un día hace seis meses mi amiga Paty me invitó a la discoteca porque había quedado allí con un amigo de Diego con el que estaba liada, allí todo fue muy bonito y en un momento inesperado diego me alejo de todos y se puso a bailar conmigo abrazados porque pusieron una canción lenta, pero al acabar la música se separó, me miro a los ojos y un segundo después se empezó a acercar a mí para darme un beso en los labios; el beso más bonito que nadie me había dado en mi vida. Desde ese momento hemos estado juntos y he sido muy feliz a su lado, pero el a veces es bastante liberal y me ha hecho mucho daño verle ligando con otras chicas aunque nunca se haya liado con ellas, que yo sepa.

Bueno voy a dejar esos pensamientos atrás y voy a seguir atendiendo a los nuevos clientes que entran que no quiero que la jefa se disguste conmigo.

-Mike me voy que tengo que hacer unas cosas, en un rato vuelvo- grita la señorita Claudia mientras a abre la puerta de la tienda-. Encárgate de todo y no la líes.

-Vale madre- grita también Mike desde el almacén.

Como ahora mismo no sé qué hacer exactamente y Mike no está por aquí pues decido ponerme a mirar las prendas de ropa que están colgadas, cuando de repente una preciosa falda negra de volantes llama mi atención.

-Joder que falda más bonita- exclamo mientras cojo la prenda que está colgada para verla mejor.

-Cógela, es tuya- me dice alguien a mi espalda sobresaltándome.

-¿Cómo?- pregunto aturdida pero cuando me doy la vuelta para ver de quién se trata me encuentro con que es Mike.

-Que cojas la falta, que te la regalo- vuelve a decir el con una sonrisa muy amplia en la cara y entonces me doy cuenta de que es una de las sonrisas más bonitas que he visto nunca.

-Lo siento pero no puedo hacerlo- suelto avergonzada y no queriéndole meter en problemas con su madre.

-Anda no te preocupes que no pasa nada, quiero hacerte este regalo porque tú misma eres un regalo caído del cielo para alegrarme mis días en esta aburrida tienda- me dice finalmente sonriendo y acariciándome la mejilla derecha con la palma de su mano mientras yo me vuelvo a poner colorada.

-Gracias de verdad, yo también me siento muy afortunada por tenerte como compañero. Si es que es tan solo el primer día y ya te he cogido mucho cariño- le respondo casi emocionada-. Pero, ¿Qué pasa con tu madre?.

-Tu no pienses en ella, de eso ya me preocupo yo- me dice mientras extiende los brazos-. ¿No me das un abrazo?


-Claro que sí, pero no sé cómo agradecértelo- concluyo acercándome a él para abrazarle sintiéndome muy feliz de tener un compañero como él.

-Ya me lo recompensaras algún día- finaliza él abrazándome un poquito mas fuerte.



Cuando nos separamos yo sigo con mi trabajo y al momento llega la señorita Claudia que se dirige a la caja registradora para atender a los clientes. La mañana sigue tranquilamente, cada vez con más clientes a los que tengo que atender. Creo que este va a ser un buen primer trabajo, me siento muy afortunada.

Mientras estoy terminando mi jornada laboral, muy feliz gracias a Mike, alguien entra por la puerta captando mi atención.

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