-¿Qué pasa mamá?- pregunto
aturdida.
- Cielo nos vamos a ir en
cinco minutos y te tienes que despertar para que cuides a tu hermana- me
responde mientras intenta ponerse un pendiente en la oreja. Entonces contemplo
lo guapa que se ha puesto mi madre para ir al teatro, lleva un vestido azul
oscuro por encima de las rodillas y se ha recogido el pelo en un moño a la vez
que también se ha pintado la sombra de azul y los labios rosas claritos.
-Vale mamá- la digo
levantándome de la cama y dirigiéndome hacia su habitación para ver a mi
hermana que al parecer está despierta.
-Ven conmigo Lucy que esta
tarde nos lo vamos a pasar muy bien las dos juntas- la digo cogiéndole de la
cuna y dándole un beso en la mejilla mientras suelta una sonrisita.
Llevando a mi hermana en
brazos me dirijo hacia el hall, donde se encuentran mis padres porque mi madre está
cogiendo el fular, para así poder despedirnos de ellos.
-Cariño cuida bien de tu
hermana y no la descuides ningún segundo- me dice mi padre dándonos un beso de
despedida a mí y a mi hermana. Mi padre también va muy elegante, con un traje
azul marino a juego con mi madre.
-Hasta luego mis niñas-
concluye mi madre dándonos también un beso de despedida.
Nos quedamos mi hermana y
yo plantadas en el comedor mientras observamos como salen nuestros padres por
la puerta. Entonces me quedo mirando a mi hermanita y observo que vuelve a
estar con esa sonrisita suya que a mi tanto me gusta.
-Nos espera una tarde muy
divertida, ¿A qué si Lucy?- le pregunto a mi hermana mientras la abrazo.
Yo siempre he sido muy
feliz con mi familia aunque a veces tenga mis diferencias con Lidia, pero es
que desde que ha nacido Lucy soy mucho más feliz de lo que lo he podido ser
antes. Con ella a mi lado no puedo evitar sonreír en ningún momento.
Entonces me dirijo hacia
el cuarto de juegos de mi hermana, con ella en brazos y le siento en su
columpio, que tanto la gusta, para que se balancee.
Al principio observo de
pie como se divierte mi hermana y después me dirijo un momento hacia mi
habitación para coger un cuento y leérsele a Lucia. Al volver a la sala de
juegos me encuentro con que mi hermana sigue riéndose a carcajadas y yo me
siento en el suelo a su lado y empiezo a leerle el libro.
Cuando ya llevo más de la
mitad del cuento oigo que mi móvil empieza a sonar, entonces salgo corriendo
hacia mi habitación, donde se encuentra el teléfono. Al mirar la pantalla veo
que él que me llama es mi novio y decido cogérsele mientras vuelvo a la
habitación con mi hermana y me siento en suelo.
-Hola cariño- le digo
contenta, con ganas de hablar ya con él.
-Hola mi amor, ¿Qué tal
estas?- me pregunta, aunque noto que me quiere decir algo más que no añade y me
empiezo a poner nerviosa, temiendo lo peor.
-Muy bien, aquí en casa.
¿Y tú?- le respondo finalmente.
-Bien, bien. Entonces…- Me
dice dudando de si debe preguntármelo o no, mientras yo aguanto la respiración-
¿Te apetece venirte esta tarde un rato a mi casa y así estamos los dos “solos”
juntos pasando la tarde?- dice resaltando la palabra solos y al terminar de
escuchar la frase suelto el aire ya sintiéndome más tranquila, pero a la vez
también siento que se me encoje el corazón por el miedo que me transmite la
insinuación que me hace Diego.
No es que yo no quiera
tener nada con él, sino que no creo que sea el momento adecuado porque, yo no
dudo que le quiera, sino que últimamente no nos van bien las cosas y no quiero
hacer nada de lo que luego me arrepienta para solucionar nuestros problemas. Y
puede ser también que no quiera hacerlo ahora porque últimamente él no me está demostrando que sea
la persona adecuada con la que yo debería perder mi virginidad porque muchas
veces me hace dudar de que me sea fiel y de que nuestra relación vaya a durar
mucho más tiempo.
-Lo siento cariño pero hoy
no puedo, tengo que cuidar de mi hermanita porque mis padres no están, pero si
quieres mañana podemos vernos- digo finalmente, esperando que no se lo tome a
mal.
-Joder que rancia eres, ¿Y
no se puede quedar Lidia cuidando de tu hermana?- me pregunta con el tono de
voz enfadado.
-No puede, ya sabes que
tiene universidad- respondo pero a la vez se me ocurre una idea magnifica para
poder estar con él esta tarde-. Bueno… ¿Qué te parece si te vienes a mi casa y
cuidamos los dos de mi hermana mientras estamos juntos?- le pregunto dudando un
poco, a la vez que cojo a mi hermana del columpio y me la siento en las piernas
porque está empezando a berrear.
-Estas de coña, ¿no?- me
responde mucho más cabreado que antes-. Yo jamás pienso aguantar ni cuidar a la
maloliente y llorica de tu hermana- me dice hiriendo mis sentimientos, a la vez
que se me escapa una lágrima por las mejillas.
-Eres un imbécil Diego- le
contesto llorando y gritando al teléfono, mientras mi hermana también se pone a
llorar porque ha notado que estoy enfadada y dolida, me tengo que levantar del
suelo para mecerla y que se calme-. Vete a la mierda.
-Vale cariño, siento lo
que he dicho- me dice finalmente aunque yo todavía sigo dolorida por sus
palabras-, pero no pienso ir a cuidar de tu hermana.
-Está bien, como quieras-
le contesto un poco más calmada-. Pero podrías haberte ahorrado tus palabras.
-Ya te he dicho que lo
siento, ¿Vale?- dice subiendo un poco la voz- ¿Entonces nos vemos mañana por la
tarde?- Añade volviendo a su todo no de voz natural
-Si no tengo otra cosa que
hacer…- le suelto sin muchas ganas de seguir hablando ahora con él.
-No me jodas Sandra- dice
de nuevo subiendo la voz-. ¿Nos vemos o no? Porque si no te parece bien me
busco otros planes y me divierto sin ti.
-Está bien- le respondo
temiendo de que si no accedo de verdad se busque a otra persona para hacer lo
que hace conmigo-. ¿Te parece bien a las 5:30?.
-Vale, entonces nos vemos
mañana- contesta intentando dar por finalizada la conversación.
-Diego, te quie…- empiezo
a decir cuando escucho el pitido de finalización de la llamada.
Mi hermana ya se ha
calmado y ha dejado de llorar, pero ahora la que tiene ganas de llorar soy yo
porque no me ha gustado la conversación que he tenido con mi novio y tengo
miedo de que algún día me abandone. Yo sé que no somos la pareja perfecta y hay
muchas veces que chocamos, pero en realidad yo le quiero mucho y no quiero que
me abandone.
Entonces me doy cuenta de
que mis pensamientos de esta mañana hacia Alex son una tontería porque yo en
realidad a quién quiero es a Diego y por nada del mundo quiero perderle porque
la vida sin él no tiene no tiene sentido. Ya sé que puede que sea muy dramática
pero nunca me he sentido realmente guapa y antes pensaba que nunca se podría
fijar nadie en mí hasta que lo hizo Diego, él ha sido el único que me ha hecho
sentir querida, me ha tratado muchas veces con cariño y ha sido muy amable
conmigo. El único problema respecto a nosotros es que al principio todo era muy
bonito y siempre estábamos bien, pero según han ido pasando los meses nuestra
relación ha empeorado y cada vez tenemos más broncas. Ahora las cosas son más
difíciles y no nos va del todo bien aunque supongo que será una mala racha y
todo volverá a ser como antes pronto.
-¡Ay!- exclamo notando que
mi hermana me ha tirado del pelo intentando llamar mi atención y entonces
suelta una carcajada al verme sorprendida porque no me esperaba que hiciese
eso.
Me quedo mirando a mi
hermana y me doy cuenta que todos los problemas no son nada cuando estoy a su
lado, con ella soy realmente feliz.
Ahora vuelvo a mi cuarto y
tumbo a mi hermana en mi cama mientras yo me siento a su lado y sigo leyéndole
la historia mientras ella escucha atentamente a pesar de que seguro que no
entiende nada porque solo tiene 5 meses y es muy pequeña.
Cuando acabo al rato de
leer el cuento, mi hermana empieza a berrear de nuevo, indicándome que es la
hora de su merienda y tiene hambre.
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