sábado, 17 de diciembre de 2011

Capítulo 5

-Sandra, Sandra despierta- oigo a lo lejos mientras abro los ojos y me doy cuenta de que me he quedado dormida mientras escuchaba música.

-¿Qué pasa mamá?- pregunto aturdida.

- Cielo nos vamos a ir en cinco minutos y te tienes que despertar para que cuides a tu hermana- me responde mientras intenta ponerse un pendiente en la oreja. Entonces contemplo lo guapa que se ha puesto mi madre para ir al teatro, lleva un vestido azul oscuro por encima de las rodillas y se ha recogido el pelo en un moño a la vez que también se ha pintado la sombra de azul y los labios rosas claritos.

-Vale mamá- la digo levantándome de la cama y dirigiéndome hacia su habitación para ver a mi hermana que al parecer está despierta.

-Ven conmigo Lucy que esta tarde nos lo vamos a pasar muy bien las dos juntas- la digo cogiéndole de la cuna y dándole un beso en la mejilla mientras suelta una sonrisita.

Llevando a mi hermana en brazos me dirijo hacia el hall, donde se encuentran mis padres porque mi madre está cogiendo el fular, para así poder despedirnos de ellos.

-Cariño cuida bien de tu hermana y no la descuides ningún segundo- me dice mi padre dándonos un beso de despedida a mí y a mi hermana. Mi padre también va muy elegante, con un traje azul marino a juego con mi madre.

-Hasta luego mis niñas- concluye mi madre dándonos también un beso de despedida.

Nos quedamos mi hermana y yo plantadas en el comedor mientras observamos como salen nuestros padres por la puerta. Entonces me quedo mirando a mi hermanita y observo que vuelve a estar con esa sonrisita suya que a mi tanto me gusta.

-Nos espera una tarde muy divertida, ¿A qué si Lucy?- le pregunto a mi hermana mientras la abrazo.

Yo siempre he sido muy feliz con mi familia aunque a veces tenga mis diferencias con Lidia, pero es que desde que ha nacido Lucy soy mucho más feliz de lo que lo he podido ser antes. Con ella a mi lado no puedo evitar sonreír en ningún momento.

Entonces me dirijo hacia el cuarto de juegos de mi hermana, con ella en brazos y le siento en su columpio, que tanto la gusta, para que se balancee.

Al principio observo de pie como se divierte mi hermana y después me dirijo un momento hacia mi habitación para coger un cuento y leérsele a Lucia. Al volver a la sala de juegos me encuentro con que mi hermana sigue riéndose a carcajadas y yo me siento en el suelo a su lado y empiezo a leerle el libro.

Cuando ya llevo más de la mitad del cuento oigo que mi móvil empieza a sonar, entonces salgo corriendo hacia mi habitación, donde se encuentra el teléfono. Al mirar la pantalla veo que él que me llama es mi novio y decido cogérsele mientras vuelvo a la habitación con mi hermana y me siento en suelo.

-Hola cariño- le digo contenta, con ganas de hablar ya con él.

-Hola mi amor, ¿Qué tal estas?- me pregunta, aunque noto que me quiere decir algo más que no añade y me empiezo a poner nerviosa, temiendo lo peor.

-Muy bien, aquí en casa. ¿Y tú?- le respondo finalmente.

-Bien, bien. Entonces…- Me dice dudando de si debe preguntármelo o no, mientras yo aguanto la respiración- ¿Te apetece venirte esta tarde un rato a mi casa y así estamos los dos “solos” juntos pasando la tarde?- dice resaltando la palabra solos y al terminar de escuchar la frase suelto el aire ya sintiéndome más tranquila, pero a la vez también siento que se me encoje el corazón por el miedo que me transmite la insinuación que me hace Diego.

No es que yo no quiera tener nada con él, sino que no creo que sea el momento adecuado porque, yo no dudo que le quiera, sino que últimamente no nos van bien las cosas y no quiero hacer nada de lo que luego me arrepienta para solucionar nuestros problemas. Y puede ser también que no quiera hacerlo ahora porque  últimamente él no me está demostrando que sea la persona adecuada con la que yo debería perder mi virginidad porque muchas veces me hace dudar de que me sea fiel y de que nuestra relación vaya a durar mucho más tiempo.

-Lo siento cariño pero hoy no puedo, tengo que cuidar de mi hermanita porque mis padres no están, pero si quieres mañana podemos vernos- digo finalmente, esperando que no se lo tome a mal.

-Joder que rancia eres, ¿Y no se puede quedar Lidia cuidando de tu hermana?- me pregunta con el tono de voz enfadado.

-No puede, ya sabes que tiene universidad- respondo pero a la vez se me ocurre una idea magnifica para poder estar con él esta tarde-. Bueno… ¿Qué te parece si te vienes a mi casa y cuidamos los dos de mi hermana mientras estamos juntos?- le pregunto dudando un poco, a la vez que cojo a mi hermana del columpio y me la siento en las piernas porque está empezando a berrear.

-Estas de coña, ¿no?- me responde mucho más cabreado que antes-. Yo jamás pienso aguantar ni cuidar a la maloliente y llorica de tu hermana- me dice hiriendo mis sentimientos, a la vez que se me escapa una lágrima por las mejillas.

-Eres un imbécil Diego- le contesto llorando y gritando al teléfono, mientras mi hermana también se pone a llorar porque ha notado que estoy enfadada y dolida, me tengo que levantar del suelo para mecerla y que se calme-. Vete a la mierda.

-Vale cariño, siento lo que he dicho- me dice finalmente aunque yo todavía sigo dolorida por sus palabras-, pero no pienso ir a cuidar de tu hermana.

-Está bien, como quieras- le contesto un poco más calmada-. Pero podrías haberte ahorrado tus palabras.

-Ya te he dicho que lo siento, ¿Vale?- dice subiendo un poco la voz- ¿Entonces nos vemos mañana por la tarde?- Añade volviendo a su todo no de voz natural

-Si no tengo otra cosa que hacer…- le suelto sin muchas ganas de seguir hablando ahora con él.

-No me jodas Sandra- dice de nuevo subiendo la voz-. ¿Nos vemos o no? Porque si no te parece bien me busco otros planes y me divierto sin ti.

-Está bien- le respondo temiendo de que si no accedo de verdad se busque a otra persona para hacer lo que hace conmigo-. ¿Te parece bien a las 5:30?.

-Vale, entonces nos vemos mañana- contesta intentando dar por finalizada la conversación.

-Diego, te quie…- empiezo a decir cuando escucho el pitido de finalización de la llamada.

Mi hermana ya se ha calmado y ha dejado de llorar, pero ahora la que tiene ganas de llorar soy yo porque no me ha gustado la conversación que he tenido con mi novio y tengo miedo de que algún día me abandone. Yo sé que no somos la pareja perfecta y hay muchas veces que chocamos, pero en realidad yo le quiero mucho y no quiero que me abandone.

Entonces me doy cuenta de que mis pensamientos de esta mañana hacia Alex son una tontería porque yo en realidad a quién quiero es a Diego y por nada del mundo quiero perderle porque la vida sin él no tiene no tiene sentido. Ya sé que puede que sea muy dramática pero nunca me he sentido realmente guapa y antes pensaba que nunca se podría fijar nadie en mí hasta que lo hizo Diego, él ha sido el único que me ha hecho sentir querida, me ha tratado muchas veces con cariño y ha sido muy amable conmigo. El único problema respecto a nosotros es que al principio todo era muy bonito y siempre estábamos bien, pero según han ido pasando los meses nuestra relación ha empeorado y cada vez tenemos más broncas. Ahora las cosas son más difíciles y no nos va del todo bien aunque supongo que será una mala racha y todo volverá a ser como antes pronto.

-¡Ay!- exclamo notando que mi hermana me ha tirado del pelo intentando llamar mi atención y entonces suelta una carcajada al verme sorprendida porque no me esperaba que hiciese eso.

Me quedo mirando a mi hermana y me doy cuenta que todos los problemas no son nada cuando estoy a su lado, con ella soy realmente feliz.

Ahora vuelvo a mi cuarto y tumbo a mi hermana en mi cama mientras yo me siento a su lado y sigo leyéndole la historia mientras ella escucha atentamente a pesar de que seguro que no entiende nada porque solo tiene 5 meses y es muy pequeña.

Cuando acabo al rato de leer el cuento, mi hermana empieza a berrear de nuevo, indicándome que es la hora de su merienda y tiene hambre.

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