Parece que hace muy buena
tarde con este sol que calienta el ambiente, pero lo mejor de todo es que no es
un sol agobiante sino que es bastante agradable. El camino hacia la tienda se
me hace muy rápido y pronto me encuentro ante la puerta esperando a que llegue
la señorita Claudia y abra, ya que he llegado unos minutos antes de la hora. Me
siento en un banco mientras termino de comerme el bocadillo de jamón con tomate
que me ha hecho mi madre, después me como una deliciosa mandarina y me meto en la boca un delicioso chicle de
fresa de esos que tanto me gustan.
A los pocos minutos y sin
que yo me lo espere me encuentro con que también se acerca hacia aquí el chico
rubio tan guapo que tanto me impresiono el otro día en la tienda y sin poder
evitarlo aparece una pequeña sonrisa en mi cara. Él al verme me corresponde con
otra sonrisa provocando sacarme los colores sin poder evitarlo.
-¡Hola Sandra!- me dice
Alex acercándose a darme dos besos-. Por fin te veo de nuevo.
Y al momento llega la
señorita Claudia que se dispone a abrir la tienda mientras nosotros la seguimos
adentro y nos ponemos las camisetas de la tienda para empezar a trabajar
rápidamente.
-Chicos, espero que os las
apañéis solos por aquí- nos dice la dueña de la tienda mientras se dirige al almacén
sin mirarnos-. Si necesitáis algo estoy en el almacén haciendo las cuentas
sobre los productos.
Cuando desaparece Alex y
yo nos miramos sonriendo felices por no tener que aguantar su presencia durante
un rato.
Me dirijo a colocar las
prendas de ropa de un rincón mientras Alex está en otro lado de la tienda, pero
finalmente nos acercamos para hablar y entretenernos un rato a la vez que vamos
trabajando.
-Bueno, y ¿Qué te ha traído
a trabajar en esta tienda?- me pregunta con una preciosa sonrisa mientras
coloca alguna prenda en los altos estantes a la vez que me mira.
-Pues resulta que quiero
estudiar arte dramático pero me gustaría costearme mis estudios sin tener que
depender de mis padres, ya que a mi padre no le hace mucha gracia esta idea mía
de ser actriz porque quiere que estudie derecho como él- le respondo mientras
sigo trabajando-. Bueno, ¿Y a ti que ha sido lo que te ha deparado trabajar en
esta tienda?- añado con curiosidad.
-Porque necesito trabajar
ya que me he mudado desde Barcelona para estudiar aquí Tafad, ya que este
siempre fue mi sueño pero por unas cosas u otras todavía no había podido
cumplirlo hasta ahora y necesito el trabajo para pagar la universidad, el piso
y todas las cosas que conllevan vivir solo en esta gran ciudad.
-Ya decía yo que te veía
con muchos musculitos- le respondo soltando una risita que se termina
convirtiendo en nerviosa a causa de mi respuesta pero finalmente compruebo que
él también termina riéndose.
-No te creas que estoy tan
fuerte solo porque quiera estudiar eso, suelo ir mucho al gimnasio y me encanta
hacer deporte siempre que puedo- exclama sonriendo y entonces me enseña sus fuertes bíceps en los
brazos.
-Vayaaa- le respondo sin
saber como seguir ya que sin darme cuenta me encuentro tocándole suavemente sus
fuertes brazos-. Bueno, me estoy dando cuenta de que tú no aparentas mi edad
para empezar este año la universidad. Entonces, ¿Cuántos años tienes?- añado
deseando cambiar de tema porque no me siento en esta situación.
-Pues tengo veinte pero empecé
estudiando ingeniería en la universidad de Barcelona pero rápidamente me di
cuenta de que no era realmente lo que quería hacer y he decidido cambiarme para
poder hacer lo que me gusta- me responde sonriendo-. Asique finalmente tu y yo
estamos aquí para poder cumplir nuestros sueños de estudiar lo que realmente
deseamos- añade acariciándome la mejilla mientras me mira fijamente a los ojos,
pudiendo comprobar de esta forma que tiene unos muy bonitos ojos azules de los
que fácilmente me podría quedar embobada, pero que en esta ocasión no puedo ya
que hay alguien que ronda en mi corazón y no le puedo olvidar en ningún segundo
de los que estoy acompañada de Alex
-Parece ser que sí- le
respondo nerviosa mientras aparto la vista y me dirijo hacia el cliente que
acaba de entrar en la tienda para que este momento de tensión se acabe-. ¿Puedo
ayudarle en algo?- pregunto a una señora regordeta de pelo rubio corto y rizado
que está mirando las prendas que se encuentran al lado de la puerta.
La tarde sigue
transcurriendo mientras no paramos de colocar ropa y atender a clientes. Parece
ser que las tardes son mas ajetreadas que las mañana y aunque esto está ahora
mas entretenido yo prefiero las mañanas para poder estar con Mike. Alex es muy
agradable y parece buen chico pero las cosas con Mike son diferentes y el
tiempo a su lado parece mágico y como si fuese un bonito sueño sacado de un
cuento de hadas del que no quiero despertar, como desearía tenerle delante mía
y poder darle un fuerte abrazo que consiga que me olvide de todo lo que últimamente
me está haciendo sufrir, aunque él también sea una de las razones de mi
sufrimiento.
En ese momento aparece la
señorita Claudia que nos encuentra colocando las prendas pero pone mala cara y
se acerca a nosotros para corregirnos como las estamos doblando, ya que parece
ser que no es la forma correcta.
La tarde sigue
transcurriendo mientras Alex y yo seguimos trabajando de un lado para otro y de
vez en cuando hablamos de algunas cosas sin mucha importancia, pero lo
realmente raro de la tarde es que no me acuerdo ni un solo segundo de Diego
mientras tengo cerca mía a Alex aunque de quien si me acuerdo a cada segundo
que pasa es de Mike, que cada vez tengo mas ganas de verle. Esta puede que este
siendo la mejor tarde de mi semana ya que no he tenido ganas de llorar ni un
segundo y tampoco ha aparecido Diego para hacer uno de sus comentarios y jodérmela.
-Me gusta como te queda el
pelo rizado- dice de repente Alex a la vez que me sorprende su amable
comentario y porque pensaba que no se había dado cuenta de mi cambio de look
respecto al otro día que nos vimos-. La verdad es que hoy estas realmente
guapa.
-Gracias- le respondo
sonriendo mientras también me empiezo a
poner un poco colorada.
-Seguro que te has puesto
tan guapa por algún chico, ¿verdad?- añade mientras se me queda mirando,
logrando sorprenderme de nuevo porque este comentario si que era el que menos
me esperaba.
-Va a ser que en esto te
equivocas- digo finalmente sonriendo tras pensar durante un rato que decir-.
Bueno, la verdad es que siempre que me arreglo es porque hay alguien de por
medio pero en esta ocasión no es así.
-¿Ah no?- pregunta
curioso-. Y, ¿esta vez a qué se debe? Si puede saberse claro- concluye guiñándome
un ojo.
La verdad es que este
chico sabe como sacarme realmente los colores pero, por muy agradable que este
siendo conmigo y por muy atractivo que sea también, en esta ocasión solo se va
a quedar esto en nada más que unas simples palabras y a lo mejor puede que una
amistad.
-Pues todo esto la verdad
es que sí tiene que ver con algunos chicos pero no como tú te piensas porque últimamente
me han hecho sufrir mucho, por eso mismo hoy he decidido ponerme guapa y no
para gustarles a ellos si no para gustarme a mí- le respondo finalmente aunque
deseando cambiar de conversación.
-Eso me gusta, pero…- dice
aunque en esta ocasión no sonríe- si algún chico ha conseguido hacerte daño
entonces no merece la pena y no debe conseguir que tu derrames ni una sola
lagrima por él- añade volviendo a acariciarme la mejilla mientras me vuelve a sonreír.
-Tienes razón pero los
acontecimientos no son tan fáciles como decir unas cuantas palabras- le
contesto intentando apartarme de nuevo, no porque no me sienta a gusto en su compañía
sino porque no quiero tener a otro chico que aparezca en mi vida y también me
haga daño-. Gracias por tus palabras, has sido muy agradable- añado sonriéndole
yo también.
Los minutos siguen pasando
y cada vez se me hace más eterna la tarde aunque cuente con la compañía de
Alex, pero en realidad siento que cada vez tengo más ganas de que se acabe el día
y poder volver a ver así a Mike a la mañana siguiente. Pero hay una gran complicación
en todo esto, van pasando los días y yo todavía no he pensado en qué decirle a
Diego para que nuestra relación se termine y las cosas acaben bien entre
nosotros, sin ningún problema. Debo pensarlo rápidamente para así poder seguir
con mi vida y no tener que pensar más en el cuando quiera hacer cualquier cosa.
Aunque me da que para poder terminar aquello que empezó hace tanto tiempo tendré
que esperar a la semana que viene ya que este fin de semana no quiero pensar en
nada relacionado con ello, sino que quiero disfrutar al máximo con mi prima después
de tanto tiempo sin verla.
De repente mi felicidad
aumenta cuando miro el reloj y compruebo que tan solo me quedan quince minutos
de trabajo, por lo que cojo fuerzas y empiezo a colocar toda la ropa que aun
esta descolocada y atiendo a los últimos clientes que se encuentran por aquí.
Cuando ya tan solo quedan
cinco se nos acerca la señorita Claudia para decirnos que ya podemos ir preparándonos
para irnos.
-Bueno, pues espero volver
a verte muy pronto Sandra- me dice Alex acercándose a mí cuando ya me dirija
hacia el almacén a guardar una caja llena de ropa y a quitarme la camiseta de
la tienda-. He pasado una agradable tarde en tu compañía.
-Yo también lo he pasado
bien- respondo mientras se acerca a darme dos besos de despedida-. Ya nos
veremos en otra ocasión- añado dirigiéndome de nuevo hacia el almacén para
acabar finalmente mi jornada laboral.
Coloco la caja con la ropa
en un rincón y me dirijo a mirarme en un espejo que encuentro para colocarme el
pelo. Después me escondo un poco entre las cajas para cambiarme de camiseta y
que nadie me vea, pero aun así una persona logra sorprenderme cuando menos me
lo espero.
Alguien se acerca
sigilosamente a mi cuando me encuentro de cara a la pared, me tapa dulcemente
los ojos con sus grandes manos y me da un suave beso en la mejilla que consigue
ponerme los pelos de punta ya que nadie me ha dado nunca un beso de esta forma
tan bonita.
-¡Hola princesa!- me dice
al oído en un susurro-. ¿Sabes quien soy?- añade a la vez que reconozco su voz,
esa voz que tenía tantas ganas de oír, esa voz que he anhelado a cada segundo
de este día, esa voz que tanto me gusta y que siempre consigue llenarme de
felicidad, esa voz que esta consiguiendo que finalmente termine enamorándome poco
a poco de su portavoz aunque a veces intente luchar contra ello.