Los minutos siguen pasando
mientras yo atiendo a los clientes y Mike sigue en el almacén sin salir. No sé
que hacer en este momento pero finalmente decido esperarle hasta que esté mas
tranquilo y salga.
Al rato le veo aparecer
con los ojos todavía rojos pero no se mueve de la puerta del almacén, la verdad
es que no parece que se encuentre muy bien, por lo que decido acercarme a él y
abrazarle para que se tranquilice un poco.
-Siento lo que ha pasado
antes- me dice con la voz quebrada mientras yo le sigo dando un fuerte abrazo.
-Shhhh no hables, todo
queda olvidado- y entonces me separo de él y le miro fijamente a los ojos
mientras le dedico una gran sonrisa.
Yo también tengo ganas de
llorar, lo he pasado mal con todo lo que ha ocurrido, pero decido hacerme la
fuerte para que él no siga llorando porque si no sé que yo también llorare y no
me apetece mostrarme débil en este momento.
-¿Como puedes conseguir
sacarme siempre una sonrisa? Tu simple presencia ya me hace feliz- me dice
mientras me agarra las manos con fuerza-. Gracias por estar a mi lado princesa-
concluye dándome un beso en la frente.
Justo en ese momento suena
el reloj de la tienda dándonos cuenta de que se ha acabado mi turno y es hora
de irme a casa.
-Vaya… parece ser que me
tengo que ir ya- le digo cortando este momento tan intimo.
-Si, es verdad- me
responde entristecido-. Pero mañana nos volveremos a ver- dice sonriendo de
nuevo.
-Claro, por supuesto. Ya
estoy deseando de que llegue mañana- concluyo dándole un beso en la mejilla y separándome de él para irme.
-Un día de estos te
invitaré a tomar algo, si no te importa claro- espeta dejándome sorprendida y
guiñándome un ojo cuando me giro a mirarle.
-Y yo estaré encantada de
que me invites- le respondo nerviosa por su propuesta y dando por finalizada la
conversación, mientras salgo por la puerta de la tienda.
El camino hacia casa se me
hace eterno, hoy hace un calor insoportable y me cuesta hasta respirar de lo
abarrotado que está el metro. Pero eso no es lo peor, mi mente sigue divagando
hacia esos recuerdos que tanto me dan que pensar, puede que sea muy pronto para
saber que esta pasando pero siento una conexión muy grande hacia Mike, una
conexión que nunca antes había experimentado, ni si quiera con mi novio. Todo
esto es muy complicado, nunca me había pasado y por tanto no sé que hacer. No
quiero terminar con Diego por un simple beso que me haya llevado hasta las
nubes, llevo demasiado tiempo con mi novio y a Mike apenas le conozco. Seguro
que todo esto me ha confundido al sentir lo agradable que es Mike conmigo.
Decidido, voy a seguir adelante hasta llegar al final, han pasado muchas cosas
entre Diego y yo y esta tontería no puede acabar con todo. Ha sido un simple
beso y sí, puede que con mi novio nunca haya sentido tanto pero a lo mejor esto
solo lo he sentido por el momento de tensión que ha habido y por la sensación
de experimentar algo nuevo y diferente fuera de lo normal. Todo esto ha sido
una locura y lo mejor es no pensar en ello porque Diego me quiere y nunca me
haría daño.
Cuando me quiero dar
cuenta ya he llegado a mi parada asique me bajo rápidamente del metro y me
dirijo hacia mi casa, pensando en la tarde que me espera y en todos los miedos
que me transite el encontrarme a solas con mi novio en su casa. Esto es algo
que tendría que suceder tarde o temprano y si quiero seguir con él no puedo
defraudarle.
-¿Mami?- pregunto al
entrar en mi casa ya que no oigo ningún ruido.
-Estoy aquí cielo, ahora
mismo bajo que hoy comemos tú y yo solas- me dice mi madre desde el piso de
arriba.
La comida transcurre
tranquilamente, hablando sobre unas cosas y sobre otras sin ninguna
importancia. Cuando termino de comer echo los platos a lavar y me dirijo hacia
mi habitación para cargar el móvil y elegir la ropa que me pondré esta tarde
para ir a ver a Diego.
Los minutos pasan y yo me
vuelvo loca mientras decido que ropa ponerme, no quiero ir ni demasiado
atrevida ni demasiado tapada, debo de ir adecuada para la situación. Pero,
¿acaso este es el momento adecuado y él la persona adecuada? Me empiezan a asalta
de nuevo las dudas y no sé que hacer, no me gustaría darle a entender nada que
yo no quiera pero tampoco me puedo resistir durante toda mi vida. Al fin y al
cabo este momento debía llegar y debo estar preparada para todo lo que me
espera, sin echarme hacia atrás.
Finalmente decido ponerme
una minifalda vaquera y un top morado, acompañado por unas bailarinas negras y
una cola de caballo. Me echo mi colonia preferida de Agatha Ruiz de la Prada y
me pongo al cuello el colgante con la piedra morada que me regalo Diego para
San Valentín.
Otro problema llega unos
minutos antes de irme. La verdad es que yo no suelo pintarme mucho pero esta es
una ocasión en la que debería hacerlo. Por tanto me dirijo rápidamente al baño
para pintarme la raya de los ojos y una suave sombra lila, a la vez que me echo
brillo en los labios para que resalten más.
Pero mi mayor duda me
asalta cuando estoy saliendo por la puerta de casa. Sé para que me ha convocado
Diego en su casa pero yo no estoy experimentada en estas situaciones. Yo
supongo que él tendrá preservativos en su casa pero si acaso no los tuviese y
quiere llegar hasta el final… yo no quiero que pase eso nunca. Por tanto subo
corriendo a la habitación de mi hermana y rebusco en todos sus cajones hasta
encontrar lo que ando buscando. Entonces salgo de la habitación y actúo como si
nada de esto hubiese ocurrido.
El camino hacia casa de
Diego se me hace horrible e intento no pensar en nada aunque se me pasan mil
cosas por la cabeza. Sobre todo si voy a hacer lo adecuado o voy a cometer un
grave error. Sé que debería pensar esto detenidamente pero ya he tomado una
decisión y no me puedo parar a pensarlo.
Decido deshacerme de esos
pensamientos y me pongo el reproductor de música, pero entonces mi problema es
mayor cuando se me viene a la cabeza el recuerdo de ese beso que no tenía que
haber ocurrido pero que si me volviese a ver en la misma situación volvería a
cometer el mismo error. ¿Qué ha significado ese beso para mi? Y ahora es cuando
me entran las dudas y empiezo a sentirme culpable por todo, no debería haberle
besado y tampoco debería haberme gustado ese beso. Pero lo ocurrido ya no se
puede remediar, lo único que espero es no volver a cometer otro error, aunque
puede que esté más cerca de lo que me pienso de cometer un error y mucho mas
gordo que el anterior.
Cuando quiero enterarme de hacia donde se han dirigido todos mis pensamientos ya es demasiado tarde
porque me encuentro delante de la casa de Diego llamando al timbre. ¿Estaré
haciendo lo correcto? La verdad es que no lo sé, pero tengo miedo de todo lo
que vaya a ocurrir esta misma tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario