martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 11


Hoy no tengo problemas para despertarme puesto que mi móvil suena a su hora. Me levanto y me dirijo a ducharme tranquilamente. No sé que habré soñado esta noche porque casi nunca lo recuerdo, pero gracias al sueño he conseguido levantarme relajada y feliz. ¡A ver que me depara el día!

Después de la ducha me dirijo a ponerme unos vaqueros y una camiseta sencilla, acompañado por unas bambas. Hoy por suerte me da tiempo a sentarme en la mesa y desayunar relajadamente, por lo que me preparo unas tortitas con sirope de chocolate y nata.

Cuando termino me dispongo a salir de casa pero antes de ello me pongo ya el reproductor de música del móvil con las canciones que mas me gustan y que así esta sea la mañana perfecta, esa mañana que me ayude a tomar la decisión correcta que me haga feliz de una vez por todas.

El camino se me hace muy rápido escuchando mi música, no me encuentro con ningún contratiempo y llego a la tienda justo a tiempo, pero allí solo me encuentro con la Señorita Claudia.

-¡Buenos días!- digo al entrar por la puerta-. ¿Hoy no viene Mike?- pregunto y entonces me doy cuenta de que cuando las cosas van bien siempre hay algo que las fastidia, voy a extrañar mucho esta mañana a Mike.

-No, le he mandado a hacer unos recados y hoy no estará por aquí- me responde seca por la simple mención de su hijo.

Todo esto hace que me de cuenta de lo feliz que soy siempre que tengo a Mike a mi lado, de forma que me siento todavía aun más confundida por todos mis sentimientos. Algo grande esta creciendo en mi interior hacia Mike pero no quiero que siga, no por ahora, primero tengo que decidir que hago con Diego y puede que me venga bien el no verles por ahora a ninguno de los dos.

La mañana transcurre muy aburrida mientras voy colocando la ropa y atendiendo a los clientes, cómo me gustaría que estuviese aquí Mike para tenerle de compañía pero quizá es mejor así.

En un momento de despiste me quedo mirando fijamente a la señorita Claudia, no entiendo como puede tratar tan mal a su hijo; él, que es tan dulce y agradable; él, que siempre consigue hacerme tan feliz; él, que siempre sabe como sacarme una sonrisa; él, que me hace sentir unas cosas muy bonitas.

Decido seguir con lo mio, deseosa de que acabe el día y por fin pueda volver a casa. Creo que hacia mucho tiempo que no me sentía tan sola ni me aburría tanto como hoy. La señorita Claudia me intimida mucho y siempre que la tengo cerca me pongo muy nerviosa y si a eso le añado el tener que estar sola, con ella como única compañía pues me intimida todavía mucho más. Nunca había deseado tanto tener cerca a una persona como deseo ahora mismo tener a Mike a mi lado. Joder, otra vez que vuelve a aparecer entre mis pensamientos, no sé que me pasa realmente con él y tampoco se si quiero descubrirlo porque ahora mismo me doy cuenta de que por mucho amor que haya sentido por Diego puede que estos sentimientos hacia Mike sean mucho mayores y me asusta como nada me ha asustado antes.

Puede que lo mejor fuese que cortase con Diego antes de hacerle daño pero no tengo ni idea de como hacerlo porque por mucho que intente hacer bien las cosas alguien terminara sufriendo. Necesito pensar como decírselo sin darle a entender nada que no sea real y puede que para ello necesite todavía unos días. Puede que con mi decisión mucha gente piense que le dejo por otra persona pero no es así, quiero acabar con mi relación con Diego porque ya no soy tan feliz con él como lo era antes y si seguimos juntos lo único que vamos a hacer es sufrir porque nuestras necesidades como pareja no son las mismas.

Muchos adolescentes en estas ocasiones no tendrían tantos quebraderos de cabeza porque les gusta la vida loca pero yo soy feliz con que la mía sea sencilla y tranquila aunque al parecer todo esté cambiando últimamente.

Finalmente no puedo evitar que Mike vuelva a aparecer en mi cabeza, esta siendo muy complicado para mi tener a dos personas en las que pensar pero al final en esta vida termina ocurriendo de todo. Puede que hasta incluso todo esto sea bueno porque gracias a Mike me he dado cuenta de cosas que no quería admitir anteriormente por miedo. Mi relación con Diego ya termino hace mucho tiempo porque el solo quiere sexo de mi y yo he perdido el amor que tenia hacia él al principio, deberíamos habernos dado cuenta antes pero estábamos tan acostumbrados a nuestra compañía que ni si quiera se nos pasaron tales pensamientos por la cabeza.

Y cuando acabe con todo esto quiero disfrutar de la vida sin centrarme en concreto en una sola persona como hice los últimos meses, quiero conocer a gente y vivir el momento. Pero a causa de estos pensamientos se me viene de nuevo Mike a la cabeza, ¿Qué hago con el? Creo que estoy empezando a quererle de alguna forma y lo único que se me ocurre es luchar contra esos sentimientos porque en este momento de mi vida en el que voy a acabar una relación no me apetece empezar con otra. Sé que va a ser difícil pero tendré que ser fuerte y no caer en los brazos de Mike cuando le vuelva a tener cerca.

Mi turno laboral se acaba pero cuando me voy a ir de la tienda oigo como la señorita Claudia me llama.

-Sandra, se me olvido decirte que los jueves por la mañana no abrimos asique te espero en el turno de tarde- y cuando termina la frase se da la vuelta dándome a entender que ha terminado y que no va a permitir ninguna queja al respecto.

Vaya pues parece ser que mañana me tocará volver a estar sola, el destino se esta poniendo de mi parte después de tanto desear ayer el poder distanciarme de Mike para aclarar mis sentimientos y que él no me confunda. Pero esto también conseguirá que vuelva a pasar un día aburrido y que encima eche más de menos a Mike.

Me dirijo rápidamente a mi casa deseando poder alejarme un poco de todo lo que me aturde y así centrarme en otras cosas que no tengan nada que ver con el amor.

Al llegar a casa me encuentro con una nota de mi madre diciéndome que se ha ido a comer con Lucía a casa de mi abuela Sofía pero que me había dejado mi comida en la nevera. Rápidamente me entra la curiosidad por saber que comeré hoy pero al abrir la nevera no me hace gracia el encontrarme un plato de judías verdes, la comida a la que mas asco tengo, pero no me queda mas remedio que calentarla en el microondas, echarle grandes cucharadas de mahonesa y comérmela aun dando muchas arcadas.

Después de comer me dirijo hacia mi habitación y me tumbo en la cama pensando en esta tarde tan aburrida que me espera sin hacer nada, al igual que esta mañana tan horrible sola. Según estoy tumbada en la cama mi mente divaga por diferentes lugares y así van pasando poco a poco los minutos hasta que de repente el sonido de llamada de mi móvil consigue que casi me caiga de la cama del susto que me da después de haberme quedado dormida.

Me levanto rápidamente y salgo corriendo para coger el móvil antes de que se corte la llamada, pero cuando veo el nombre que se encuentra en la pantalla se me quitan las ganas de todo y lo que menos me apetece en este momento es hablar con esa persona que tanto insiste en que coja el teléfono.

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