miércoles, 25 de enero de 2012

Capítulo 12


-¿Se puede saber a qué esperas para cogerme el teléfono?- es lo primero que oigo nada mas aceptar la llamada al octavo timbre, palabras de un Diego muy enfadado.

-O paras el carro o te cuelgo ahora mismo- le respondo mosqueada por su forma de hablarme-. Estaba durmiendo y tú me has despertado- continuo intentando relajarle un poco.

-Está bien- me dice mas calmado-. Pero creo que me debes una explicación por lo de ayer.

-Tienes razón, pero en realidad no sé que decirte- le respondo mientras la angustia se va apoderando de mí.

-Pues algo tendrás que decirme supongo- me dice alzando la voz pero en su tono de voz noto un atisbo de tristeza-. ¿Ya no me quieres? ¿Ni siquiera te atraigo?

-No es eso- y empiezan a rodar las lágrimas por mis mejillas al no saber que decirle exactamente-. Necesito unos días para pensar y así poder aclararme.

-¿Entonces que es? ¿Hay otro?- pregunta gritándome y de esta forma consigue hacerme llorar todavía más porque al oír su pregunta una gran tristeza se anida en mi interior. Mike aparece de repente entre mis pensamientos sin yo poder evitarlo y ahora mismo desearía dar marcha atrás y no haberle conocido porque lo único que ha hecho ha sido traerme problemas y quebraderos de cabeza con lo bien que me iba antes con Diego, pero… debo guardarme mis pensamientos si no quiero hacerle daño.

-¿Por qué tienes que ser tan desconfiado?- le termino diciendo-. No hay nadie y si acaso lo hubiese te lo habría dicho- entonces mis ganas de llorar aumentan por lo mucho que odio mentir a la gente que quiero.

-¡Entonces no entiendo que cojones te pasa!- me responde aun mas cabreado que antes-. Tiene que haber alguna explicación y debes dármela ahora mismo si no quieres arrepentirte- y con estas ultimas palabras consigue que me invada una sensación de miedo que él jamás me había transmitido.

-Diego… no te pongas así por favor- le digo con un hilo de voz-. Es solo que…- e intento alargar el tiempo y que se me ocurra una buena explicación para todo aunque lo único que me sale puede que no sea realmente bueno ni creíble- eres la primera persona a la que he querido realmente y tengo miedo de como puedan evolucionar las cosas. Dame solo unos días para pensar y aclararme, pronto va a estar todo bien entre nosotros, te lo prometo- pero para mi sorpresa parece que diego se lo cree y que incluso se tranquiliza.

-Esta bien cariño- me dice ya sin ninguna furia en el- pero date prisa porque sabes que soy muy impaciente y no voy a aguantar mucho tiempo esperando y sin verte.

-Claro mi amor, no te preocupes- le digo mucho mas nerviosa que cuando empezó la conversación-. Ya hablaremos. Te quiero.

-Y yo- y cuelga el teléfono sin mas.

Esta llamada ha conseguido que aumenten mis miedos y ahora ya si que no sé que hacer. Se supone que había decidido cortar con él porque las cosas no iban bien entre nosotros, pero he hecho todo lo contrario, le he dado ilusiones de que vamos a seguir juntos y encima le he dado a entender que todo esta bien entre nosotros. He cometido un grave problema y ahora no se como solucionarlo, debo cortar esto de raíz pero no se como. Tengo miedo de que si le dejo haga alguna tontería porque sus amenazas de antes han logrado asustarme de verdad, debo pensar en algo para terminar y que no haya problemas después.

Me dirijo al baño a darme una ducha fresca que consiga olvidarme de mis pensamientos pero al final todo termina siendo peor y cuando salgo del baño no aguanto más y estallo en llantos.

-¿Pero que es ese ruido que hay por ahí?- pregunta mi hermana Lidia al oír el escandalo que estoy montando pero, cuando se asoma a la puerta de su habitación y me encuentra llorando en el suelo contra la puerta del baño rodeada todavía por la toalla, sale corriendo hacia mi y me abraza fuertemente.

Nos quedamos un rato abrazadas sin movernos y sin decir nada mientras yo sigo llorando hasta desahogarme por completo, pero ese simple abrazo consigue tranquilizarme y me hace volver a sonreír al pensar que las cosas entre mi hermana y yo pueden volver a ser como antes.

Cuando Lidia se da cuenta de que he dejado de llorar entonces se separa un poco me agarra de los hombros y me mira dulcemente a los ojos, una mirada que hacia mucho que no veía y que consigue conmoverme y anhelar que volvamos a estar tan unidas.

-A ver enana, vamos a hacer una cosa- empieza a decirme-. Primero vas a tu habitación a vestirte mientras yo preparo un chocolate caliente para cada una y después mientras nos le tomamos me cuentas que ha pasado. ¿Vale?

-Vale…- la respondo sin muchas ganas de hablar sobre lo sucedido pero sí con ganas de pasar un rato en su compañía.

Mientras me visto no paro de tiritar como siempre me pasa cuando sufro una gran llorera como la de antes. Después de ello me siento durante unos minutos en la cama para relajarme y cuando ya me siento preparada me dirijo hacia la cocina para tener una larga conversación con mi hermana y puede que hasta incluso consiga las respuesta y la ayuda que necesito ahora mismo.

Al principio nos sentamos en la mesa y hablamos sobre cosas sin importancia como pueden ser su universidad y mi trabajo, pero sin mencionar en ningún momento a Mike, al menos por ahora. Después la conversación se va dirigiendo hacia otros caminos hasta que finalmente llega la pregunta que llevo un buen rato evitando.

-Sandra… ¿Quién ha sido el que te ha hecho llorar de esa forma?- me pregunta preocupada, mas de lo que la había visto nunca conmigo.

-Ha sido Diego, mi novio- respondo tristemente pero sin poder evitarlo añado una frase que ni siquiera sabia que se cruzaba por mis pensamientos-. O puede que haya sido Mike, no lo se.

-Ups pues entonces si que tienes un grave problema, cuando el amor es cosa de tres no puede salir nada bueno- me dice y después se acerca a darme un fuerte abrazo-. Pero tú no te preocupes que todo tiene solución y yo te voy a ayudar.

-Gracias Lidia- respondo mientras la doy un beso en la mejilla-. Nunca te había necesitado tanto como ahora.

-Venga cielo, no te pongas sentimental de nuevo. Sabes que me vas a tener a tu lado siempre.

La tarde continua mientras nos vamos poniendo al día con todas las cosas que nos han ocurrido en estos últimos meses que hemos estado distanciadas. Hablamos sobre todo pero intentamos evitar lo que esté relacionado con el amor, que eso ya tendremos tiempo de contárnoslo en otro momento, un momento en el que me encuentre mas relajada y de mejor humor.

Después de esa tarde en compañía de mi hermana en la que abundan recuerdos y nuevas historias finalmente terminamos cenando en compañía de nuestros padres mientras mi hermana Lucía duerme en su cuna. La cena se convierte en un rato agradable mientras todos terminamos teniendo una conversación en familia. Mis padres se sorprenden un poco al ver a Lidia tan agradable y feliz pero a la vez eso les alegra porque echaban de menos que su hija volviese a ver la niña dulce que era en el pasado.

Después de terminar de cenar y recoger los platos me dirijo a mi habitación, probablemente a dormir después de este día tan largo pero mis planes cambian cuando Lidia me ofrece irnos un rato las dos juntas a correr y yo termino aceptando.

Esto de que me de el aire mientras corro y hablo con mi hermana me sienta bastante bien, consigue aclarar mas o menos todos mis sentimientos. Todo lo malo siempre termina teniendo su parte buena y esto ha conseguido volvernos a unir de nuevo a mi hermana y a mí.

-Bueno, ¿Y ya has decidido algo al respecto sobre lo que vas a hacer?- me pregunta de repente cambiando completamente de tema, por lo que decido arriesgarme y contarle algo más que posiblemente en otro momento me hubiese callado.

-Sé que quiero dejar a Diego porque las cosas han cambiado mucho entre nosotros y creo que ya no le quiero como al principio. Pero…- y hago una pausa temiendo continuar-, creo que esta tarde mientras hablábamos me ha soltado una amenaza y ahora me da miedo lo que pueda hacer si le dejo.

-¿¡Que!?- me pregunta soltando un grito y parándose de golpe-. ¡Que se atreva siquiera a tocarte o decirte algo!- y de repente se me acerca y me coge la cara con sus manos-. No tengas miedo cariño, yo voy a estar a tu lado y no te va a pasar nada malo.

Sus palabras consiguen tranquilizarme bastante, gracias a ella me vuelvo a sentir como una niña pequeña que recibe la protección de sus padres cuando está asustada.

-Gracias, de verdad- concluyo dándole un abrazo.

Después de estar corriendo durante un rato más volvemos a casa y no aguanto un segundo más despierta, por lo que nada mas tumbarme en la cama consigo dormirme después de este día tan largo y complicado en el que he sufrido por todo lo que ha pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario