-¿Se
puede saber a qué esperas para cogerme el teléfono?- es lo primero que oigo
nada mas aceptar la llamada al octavo timbre, palabras de un Diego muy
enfadado.
-O paras el carro o te
cuelgo ahora mismo- le respondo mosqueada por su forma de hablarme-. Estaba
durmiendo y tú me has despertado- continuo intentando relajarle un poco.
-Está bien- me dice mas
calmado-. Pero creo que me debes una explicación por lo de ayer.
-Tienes razón, pero en
realidad no sé que decirte- le respondo mientras la angustia se va apoderando
de mí.
-Pues algo tendrás que
decirme supongo- me dice alzando la voz pero en su tono de voz noto un atisbo
de tristeza-. ¿Ya no me quieres? ¿Ni siquiera te atraigo?
-No es eso- y empiezan a
rodar las lágrimas por mis mejillas al no saber que decirle exactamente-.
Necesito unos días para pensar y así poder aclararme.
-¿Entonces que es? ¿Hay
otro?- pregunta gritándome y de esta forma consigue hacerme llorar todavía más
porque al oír su pregunta una gran tristeza se anida en mi interior. Mike
aparece de repente entre mis pensamientos sin yo poder evitarlo y ahora mismo
desearía dar marcha atrás y no haberle conocido porque lo único que ha hecho ha
sido traerme problemas y quebraderos de cabeza con lo bien que me iba antes con
Diego, pero… debo guardarme mis pensamientos si no quiero hacerle daño.
-¿Por qué tienes que ser
tan desconfiado?- le termino diciendo-. No hay nadie y si acaso lo hubiese te
lo habría dicho- entonces mis ganas de llorar aumentan por lo mucho que odio
mentir a la gente que quiero.
-¡Entonces no entiendo que
cojones te pasa!- me responde aun mas cabreado que antes-. Tiene que haber
alguna explicación y debes dármela ahora mismo si no quieres arrepentirte- y
con estas ultimas palabras consigue que me invada una sensación de miedo que él
jamás me había transmitido.
-Diego… no te pongas así
por favor- le digo con un hilo de voz-. Es solo que…- e intento alargar el
tiempo y que se me ocurra una buena explicación para todo aunque lo único que
me sale puede que no sea realmente bueno ni creíble- eres la primera persona a
la que he querido realmente y tengo miedo de como puedan evolucionar las cosas.
Dame solo unos días para pensar y aclararme, pronto va a estar todo bien entre
nosotros, te lo prometo- pero para mi sorpresa parece que diego se lo cree y
que incluso se tranquiliza.
-Esta bien cariño- me dice
ya sin ninguna furia en el- pero date prisa porque sabes que soy muy impaciente
y no voy a aguantar mucho tiempo esperando y sin verte.
-Claro mi amor, no te
preocupes- le digo mucho mas nerviosa que cuando empezó la conversación-. Ya
hablaremos. Te quiero.
-Y yo- y cuelga el
teléfono sin mas.
Esta llamada ha conseguido
que aumenten mis miedos y ahora ya si que no sé que hacer. Se supone que había
decidido cortar con él porque las cosas no iban bien entre nosotros, pero he
hecho todo lo contrario, le he dado ilusiones de que vamos a seguir juntos y
encima le he dado a entender que todo esta bien entre nosotros. He cometido un
grave problema y ahora no se como solucionarlo, debo cortar esto de raíz pero
no se como. Tengo miedo de que si le dejo haga alguna tontería porque sus
amenazas de antes han logrado asustarme de verdad, debo pensar en algo para
terminar y que no haya problemas después.
Me dirijo al baño a darme
una ducha fresca que consiga olvidarme de mis pensamientos pero al final todo
termina siendo peor y cuando salgo del baño no aguanto más y estallo en
llantos.
-¿Pero que es ese ruido
que hay por ahí?- pregunta mi hermana Lidia al oír el escandalo que estoy
montando pero, cuando se asoma a la puerta de su habitación y me encuentra
llorando en el suelo contra la puerta del baño rodeada todavía por la toalla,
sale corriendo hacia mi y me abraza fuertemente.
Nos quedamos un rato
abrazadas sin movernos y sin decir nada mientras yo sigo llorando hasta
desahogarme por completo, pero ese simple abrazo consigue tranquilizarme y me
hace volver a sonreír al pensar que las cosas entre mi hermana y yo pueden
volver a ser como antes.
Cuando Lidia se da cuenta
de que he dejado de llorar entonces se separa un poco me agarra de los hombros
y me mira dulcemente a los ojos, una mirada que hacia mucho que no veía y que
consigue conmoverme y anhelar que volvamos a estar tan unidas.
-A ver enana, vamos a
hacer una cosa- empieza a decirme-. Primero vas a tu habitación a vestirte
mientras yo preparo un chocolate caliente para cada una y después mientras nos
le tomamos me cuentas que ha pasado. ¿Vale?
-Vale…- la respondo sin
muchas ganas de hablar sobre lo sucedido pero sí con ganas de pasar un rato en
su compañía.
Mientras me visto no paro
de tiritar como siempre me pasa cuando sufro una gran llorera como la de antes.
Después de ello me siento durante unos minutos en la cama para relajarme y
cuando ya me siento preparada me dirijo hacia la cocina para tener una larga
conversación con mi hermana y puede que hasta incluso consiga las respuesta y
la ayuda que necesito ahora mismo.
Al principio nos sentamos
en la mesa y hablamos sobre cosas sin importancia como pueden ser su
universidad y mi trabajo, pero sin mencionar en ningún momento a Mike, al menos
por ahora. Después la conversación se va dirigiendo hacia otros caminos hasta
que finalmente llega la pregunta que llevo un buen rato evitando.
-Sandra… ¿Quién ha sido el
que te ha hecho llorar de esa forma?- me pregunta preocupada, mas de lo que la
había visto nunca conmigo.
-Ha sido Diego, mi novio-
respondo tristemente pero sin poder evitarlo añado una frase que ni siquiera
sabia que se cruzaba por mis pensamientos-. O puede que haya sido Mike, no lo
se.
-Ups pues entonces si que
tienes un grave problema, cuando el amor es cosa de tres no puede salir nada
bueno- me dice y después se acerca a darme un fuerte abrazo-. Pero tú no te
preocupes que todo tiene solución y yo te voy a ayudar.
-Gracias Lidia- respondo
mientras la doy un beso en la mejilla-. Nunca te había necesitado tanto como
ahora.
-Venga cielo, no te pongas
sentimental de nuevo. Sabes que me vas a tener a tu lado siempre.
La tarde continua mientras
nos vamos poniendo al día con todas las cosas que nos han ocurrido en estos
últimos meses que hemos estado distanciadas. Hablamos sobre todo pero
intentamos evitar lo que esté relacionado con el amor, que eso ya tendremos
tiempo de contárnoslo en otro momento, un momento en el que me encuentre mas
relajada y de mejor humor.
Después de esa tarde en
compañía de mi hermana en la que abundan recuerdos y nuevas historias
finalmente terminamos cenando en compañía de nuestros padres mientras mi
hermana Lucía duerme en su cuna. La cena se convierte en un rato agradable
mientras todos terminamos teniendo una conversación en familia. Mis padres se
sorprenden un poco al ver a Lidia tan agradable y feliz pero a la vez eso les
alegra porque echaban de menos que su hija volviese a ver la niña dulce que era
en el pasado.
Después de terminar de
cenar y recoger los platos me dirijo a mi habitación, probablemente a dormir
después de este día tan largo pero mis planes cambian cuando Lidia me ofrece
irnos un rato las dos juntas a correr y yo termino aceptando.
Esto de que me de el aire
mientras corro y hablo con mi hermana me sienta bastante bien, consigue aclarar
mas o menos todos mis sentimientos. Todo lo malo siempre termina teniendo su
parte buena y esto ha conseguido volvernos a unir de nuevo a mi hermana y a mí.
-Bueno, ¿Y ya has decidido
algo al respecto sobre lo que vas a hacer?- me pregunta de repente cambiando
completamente de tema, por lo que decido arriesgarme y contarle algo más que
posiblemente en otro momento me hubiese callado.
-Sé que quiero dejar a
Diego porque las cosas han cambiado mucho entre nosotros y creo que ya no le
quiero como al principio. Pero…- y hago una pausa temiendo continuar-, creo que
esta tarde mientras hablábamos me ha soltado una amenaza y ahora me da miedo lo
que pueda hacer si le dejo.
-¿¡Que!?- me pregunta
soltando un grito y parándose de golpe-. ¡Que se atreva siquiera a tocarte o
decirte algo!- y de repente se me acerca y me coge la cara con sus manos-. No
tengas miedo cariño, yo voy a estar a tu lado y no te va a pasar nada malo.
Sus palabras consiguen
tranquilizarme bastante, gracias a ella me vuelvo a sentir como una niña
pequeña que recibe la protección de sus padres cuando está asustada.
-Gracias, de verdad-
concluyo dándole un abrazo.
Después de estar corriendo
durante un rato más volvemos a casa y no aguanto un segundo más despierta, por
lo que nada mas tumbarme en la cama consigo dormirme después de este día tan
largo y complicado en el que he sufrido por todo lo que ha pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario