sábado, 21 de enero de 2012

Capítulo 7


“Tenemos que hablar urgentemente a la noche, tengo muchas cosas que contarte. Paty.”

¿Y ahora que se supone que quiere contarme? Me muero de la curiosidad, pero me da que hasta esta noche no me voy a enterar de nada. “Ok, a la noche hablamos. Yo también tengo que contarte muchas cosas. Un beso” le respondo y decido cerrar un rato los ojos antes de que suene el despertador.

De repente me sobresalta el llanto de mi hermana, que no para de llorar. Debo de haberme dormido finalmente porque ahora la habitación esta llena de luz después de haber salido el sol. Miro la hora del reloj y no me lo puedo creer, entro a trabajar en media hora y el despertador no me ha sonado.

Salgo corriendo de la cama y me dirijo rápidamente a la ducha, encontrándome diez minutos después en la habitación y casi vestida. Sigo corriendo mientras bajo las escaleras, cojo un zumo y salgo de mi casa a toda velocidad para coger el metro. Cuando ya me encuentro tranquilamente sentada decido mirar el móvil para ver cual ha sido el problema de que no me haya despertado y me encuentro con que está apagado y sin batería.

-Perfecto, ahora me toca estar incomunicada durante toda la mañana- digo para mi en alto a la vez que estoy cabreada por ello.

Finalmente consigo llegar a la tienda mientras Mike la está abriendo.

-Pfff un poco mas y no llego- le digo cuando me presento ante él sin aliento después de haber venido de nuevo corriendo.

- Bah no te preocupes, que hoy estaremos solos nosotros por aquí, asique mucho mas tranquilo- espeta mostrándome su sonrisa mas bonita.

¿Qué habrá querido decir con sus palabras? ¿Los dos solos durante toda la mañana? Y siento que un cosquilleo me recorre todo el estomago y mis mejillas se encienden.

Me dirijo hacia el almacén nerviosa para ponerme la camiseta de la tienda, pero mientras estoy quitándome la que llevo puesta oigo mi nombre a lo lejos. Me doy la vuelta para ver que pasa y de repente aparece Mike en la puerta.

-Ostias, lo siento- me dice avergonzado dándose la vuelta rápidamente al ver el panorama y mientras yo me tapo corriendo con la camiseta.

-Ha sido mi culpa, debería haber sido mas cuidadosa. Ya puedes darte la vuelta- respondo sintiendo que se me cae el mundo encima.

-No he visto mucho pero… bonito cuerpo- y sale del almacén volviendo a sonreír.

No me puedo creer todo lo que está pasando, mi vergüenza aumenta por momentos y sus palabras… esta loco. Y suelto una carcajada mientras salgo corriendo detrás de él.

-Estas de coña, ¿no?- le pregunto pero de repente se para y se da la vuelta, no dándome tiempo a frenar y terminándome estampando contra el, cayéndonos los dos al suelo.

Estallamos en carcajadas pero de repente sucede algo mágico, nuestros ojos se cruzan y parece que el tiempo se para, dejamos de reírnos mientras cada vez se va acercando más a mí. No se como reaccionar, no me da tiempo a pensar cuando sus labios rozan los míos y me empieza a besar. No sé que hacer, pero la verdad es que no me apetece separarme y al final termino yo también besándole. Me siento muy a gusto, parece como si solo existiésemos él y yo en el mundo, me encanta esta sensación, hacia mucho tiempo que no me sentía tan bien. Me empieza a acariciar la mejilla mientras yo voy subiendo mis manos de su cintura a su cuello. Todo parece perfecto pero la perfección no existe y cuando pensamos que todo va genial un ruido nos hace despertar de nuestra fantasía.

La puerta de la tienda se abre mientras nosotros nos separamos rápidamente e intentamos levantarnos pero no nos da tiempo del todo y nos terminan descubriendo en el suelo.

-¿Se puede saber que hacéis vosotros dos en el suelo?- nos pregunta la señorita Claudia con los ojos como platos-. Se supone que deberíais estar trabajando.

-Esto… lo siento mama- le responde Mike avergonzado e intentando buscar una buena escusa para que no descubra todo lo que ha pasado-. Veníamos del almacén y debería estar el suelo escurridizo porque hemos terminado los dos en el suelo.

-Si, si claro. Pues ahora mismo os quiero ver trabajando que sino alguien va a terminar en la calle- espeta finalmente mientras se da la vuelta dirigiéndose al almacén.

-Ups por los pelos- dice Mike todavía colorado y mirándome de reojo.

-¿No se supone que íbamos a estar solos toda la mañana?- no me puedo creer todavía todo lo que acaba de pasar, ha sido un error, tengo a Diego y esto no debería haber pasado nunca.

-Tu misma lo has dicho, se supone. No sé que hará por aquí. Pero…- me dice dudoso de como seguir y pensando como continuar- siento mucho lo que ha pasado. Bueno en realidad no siento lo del beso porque me ha gustado aunque… ha sido raro. Lo que si que siento es lo que ha pasado en el almacén, no era mi intención pasar y encontrarte así. Lo siento de verdad- concluye finalmente y parece que realmente lo siente.

-No te preocupes, debería haber tenido un poco mas de cuidado. Por cierto,- se me pasan mil pensamientos por la cabeza, no sé que decirle pero lo que si sé es que debo dejarle las cosas claras porque esto no puede ocurrir de nuevo- el beso ha sido un error, nunca debería haber ocurrido. Ha sido un momento de confusión que no se como ha podido haber pasado- cada vez dudo mas de como seguir, me siento aturdida-. Si, a mi también me ha gustado y todavía no entiendo el por qué, yo tengo novio y aunque las cosas no van realmente bien yo no puedo hacerle esto, yo no soy así- y de repente mientras no hacen mas que salirme palabras de la boca, puede que por los nervios, empiezan a rodarme una grandes lagrimas por las mejillas.

-Ehhh, ehhh, no pasa nada Sandra- me dice mientras me seca las lagrimas de la cara con unas suaves caricias-. Te prometo que no volverá a ocurrir. Ha sido un momento de confusión pero ya ha pasado. Anda sonríe un poco que no me gusta verte así.

De esta forma consigue sacarme una sonrisa mientras ahora me acaricia la barbilla. No entiendo el por qué no ha aparecido Mike antes en mi vida.

-Gracias, de verdad- le digo finalmente mientras me acerco para darle un abrazo.
Al rato sale la señorita Claudia del almacén con una libreta de apuntaciones y vuelve a salir de la tienda quedándonos Mike y yo de nuevo solos allí.

La mañana transcurre tranquilamente, no hay muchas novedades. Me siento muy a gusto al lado de Mike y él me ayuda a aprender a atender a los clientes y demás cosas. Nos divertimos mucho y el tiempo transcurre entre muchas risas, los momentos que paso a su lado son muy agradables. No entiendo como puede estar pasando todo esto, apenas hace un día que le conozco pero parece que hemos congeniado muy bien.

Intento pensar en otras cosas, como por ejemplo en lo que pasará o debería pasar esta tarde con Diego pero no sale de mi cabeza el beso con Mike, ese beso que ha conseguido revolucionarme tanto y hacerme sentir esas mariposas en el estomago que hacia tanto tiempo que no sentía. Yo quiero a Diego pero las cosas han cambiado mucho entre nosotros y ya no es como era al principio, no quiero que esto termine así pero creo que ya no queda mucho de lo que éramos nosotros cuando esta historia empezó.

Mientras estoy colocando algunas camisetas en las estanterías me quedo mirando disimuladamente a Mike, intentando descubrir que es lo que ha podido pasar antes. Pero antes de darme siquiera cuenta de lo que esta ocurriendo ya me está mirando él un poco sorprendido.

-¿Pasa algo Sandra?- me pregunta curioso mientras yo vuelvo a la realidad dejando de lado todos mis pensamientos.

-No nada. Solo…- respondo aturdida intentando pensar algo con lo que responderle para que no se entere de la verdad de mis pensamientos-, la verdad es que me preguntaba una cosa.

-Pues entonces dime, no te cortes- dice soltando una carcajada que hace que se me pongan los pelos de gallina. No se lo que estará pasando en mi, pero la verdad es que no me gusta que este pasando justo en este momento.

Me apresuro a pensar algo con lo que responderle finalmente y creo que lo que se me ha ocurrido es bueno y la verdad es que siento curiosidad por ello.

-Bueno…, he visto que la relación entre tu madre y no es muy buena. ¿Ha pasado algo entre vosotros?- le pregunto intentando no entrometerme demasiado en su vida y esperando que no le siente mal tal atrevimiento por mi parte.

- Pues la verdad es que todo es una historia muy complicada. Antes las cosas no eran así entre nosotros pero desde el divorcio con mi padre muchas cosas han cambiado y siente rencor hacia él y todo lo que tiene que ver con mi padre- me dice finalmente, un poco entristecido por todo.

-Si no quieres contarme nada mas lo entiendo, no pasa nada- le digo intentando no atosigarle para que no me cuente algo que no quiera.

-No te preocupes princesa, me gusta hablar contigo. Siempre me siento muy a gusto en tu compañía- y entonces tras estas palabras empiezan a asomar algunas lagrimas por mis ojos por la emoción de que me digan cosas tan bonitas, pero parece ser que Mike se ha dado cuenta de todo y se acerca hacia mi-. No, no llores por favor. ¿He hecho o dicho algo que te haga sentir mal?- me dice preocupado y volviendo a secarme las lagrimas-. Lo siento, de verdad.

-¡Mike! No es nada de eso en serio. Fueron tus palabras pero lo único que hicieron fue emocionarme- le respondo mirándole a los ojos y sonriendo con la sonrisa mas dulce que tengo-. Y gracias por ello, hacia mucho que nadie que nadie me decía unas palabras tan bonitas como las tuyas. Yo también soy muy feliz en tu compañía.

Mike me mira con sus ojos muy brillantes y termina abrazándome mientras las lagrimas siguen corriendo por mis mejillas. No sé que hacer en esta situación pero deseo con todas mis fuerzas que no se acabe este abrazo tan bonito, aunque en realidad sé que debo acabar con este momento antes de que vuelva a ocurrir algo de lo que me arrepienta después. Por tanto decido separarme y seguir con la conversación de antes.

-Y bueno, ¿A que se debe entonces la mala relación que hay entre tu y tu madre?- le digo cortando el momento de tensión aunque noto que la expresión de su cara cambia a causa del cambio de tema.

-Pues resulta que el problema llegó a causa de mis aficiones por la música y mi deseo de hacerme cantante al igual que mi padre, cosa que ella detesta porque no quiere que me parezca en nada a él- dice con una voz un poco amarga-. Pero en realidad me da igual porque yo quiero disfrutar de mi vida y no ser una amargada como ella, que lo único en lo que piensa es en sus intereses y en que todo el mundo haga lo que ella quiere.

-Mike…- digo sorprendida por sus palabras. Nunca le había visto de esa forma y la verdad es que no me gusta nada verle así porque en su voz puedo sentir la tristeza y el dolor que alberga en él.

Compruebo que a Mike se le ponen los ojos rojos como un tomate mientras se da la vuelta y se dirige rápidamente al almacén, quedándome yo parada en medio de la estancia.

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